Editorial

La nueva Unidad Antipandillas

Año y medio después de la creación de una Fuerza Trinacional Antipandillas con Guatemala y El Salvador, el gobierno de Honduras anuncia ahora una Unidad Antipandillas con apoyo de Estados Unidos y México. La propuesta “incluye varias agencias del Estado con recursos especializados, con uso de mucha tecnología y sobre todo con mejores prácticas de otros países”, dijo el gobernante Juan Orlando Hernández.

La fuerza trinacional, que opera a lo largo de los 600 kilómetros de frontera que comparten los países del Triángulo Norte de Centroamérica, fue creada para combatir, además de las pandillas, el tráfico de personas así como de armas, el contrabando y otros delitos.

La nueva unidad tendrá entre sus prioridades garantizar la seguridad en los centros educativos y demás sectores que sufren el acecho de estas organizaciones criminales dedicadas al sicariato, la extorsión, la venta de drogas y otros delitos que tanta sangre han derramado en nuestro país, provocando además desplazamientos forzados dentro y fuera de los confines patrios.

La expansión de las maras y pandillas, a las que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump les ha declarado la guerra, en particular a la Mara Salvatrucha, son un problema que comparten varios países, de allí que sea necesario abordarlo de forma conjunta, uniendo esfuerzos y recursos.

Pero, si bien es cierto estas organizaciones son producto de la pérdida de valores y de la inclinación de algunos por el camino fácil, también lo son de la desintegración familiar, de la irresponsabilidad de los padres, del abandono gubernamental, de la pobreza y de la desigualdad social.

Es por eso que la creación de nuevas instancias para perseguir a estos grupos debe ser parte de una estrategia más amplia que aborde los factores que propiciaron este fenómeno.

Desde su aparición en la década de los años 1980, la amenaza de estos grupos no ha hecho sino crecer, lo que pone de manifiesto que dejar la solución nada más a las fuerzas de seguridad y a los operadores de justicia es tocar apenas la superficie de un problema.