El presidente de la República, Juan Orlando Hernández, creó una comisión de alto nivel que se encargará de gerenciar un largo proceso que llevará, según sus proyecciones, a una reforma estructural del sistema educativo hondureño, en todos sus niveles.
La comisión está sin duda conformada por profesionales de alto nivel y conocimiento del funcionamiento del obsoleto sistema educativo nacional.
Ellos, junto a sus equipos técnicos, tendrán la responsabilidad de hacer realidad la promesa del gobernante, quien dijo que a partir de la creación de esa comisión “Honduras avanza con determinación y con paso firme hacia una educación de calidad, integral y adaptada a los nuevos tiempos del orden mundial”. El dicho popular dice que “soñar no cuesta nada”, y quienes conocen cómo funciona el sistema y a sus actores, principalmente los maestros, señalan que este es un proyecto ambicioso que seguro requerirá de ideas innovadoras y mucho presupuesto para echarlo a andar.
Es una reforma que se impulsará practicamente desde las ruinas, con maestros desmotivados, principalmente por la imobilidad salarial que tienen desde ya hace casi una década, y una infraestructura escolar en pésimo estado. Las escuelas y colegios también carecen de materiales educativos y son muy pocas las que acceden a los servicios de Internet y otros servicios tecnológicos.
Se destaca, sin embargo, que se ha logrado mantener a los estudiantes y alumnos 200 días o más en el aula de clase, pero eso tampoco es suficiente. Las cifras de deserción, repetición, ausentismo son cada día más altas. El panorama es desolador y el anuncio presidencial esperanzador.
Un gran reto para los profesionales que integran la comisión y en quienes se ha depositado la confianza de crear un nuevo sistema de enseñanza que sea principalmente incluyente, en el cual los más pobres tengan la oportunidad de avanzar hasta graduarse y comenzar a romper el maldito círculo de pobreza en los que han vivido, y que permita al país poner a su principal activo, los niños y jóvenes, en igualdad de condiciones con sus pares de los países centroamericanos y del mundo.