El gran papel de la selección juvenil Sub 17 de Honduras demuestra que es posible que Honduras logre ser campeón mundial en cualquier deporte con más y mejor educación. En Honduras cualquiera juega fútbol y esto no permite un crecimiento más notable y con excelencia.
Es imprescindible que la Secretaría de Educación junto con la Fenafuth comiencen a imponer la condición de estudio básico y excelencia frente al deporte. Si esto no es así, Honduras puede perder grandes generaciones, que sucumben por la pobre mentalidad ante la responsabilidad de los torneos.
En otras naciones los niños que tiene condiciones notables deportivas ingresan por la tarde a la práctica del deporte cuyo talento ha sido visto por grandes maestros. Luego, con el tiempo, se establece la condición de la excelencia académica para imponer atletas de alto rendimiento capaces de afrontar a los mejores del mundo.
Esta gran muestra de honor deportivo debe servir a las autoridades y a los colegios para crear un sistema educativo con deporte como industria para que la empresa privada y el Estado promuevan eventos para todos los hondureños. Si esto no es así, llegaremos siempre con deportistas con grandes condiciones, pero sin condiciones mentales óptimas para estar en los sitios de privilegio del deporte.