A estas alturas ya no se sabe quién es peor, si un policía o un político.
Y no me estoy refiriendo a los pinches policías que devengan salarios de muerte que quizás tendrán hasta razón de inclinarse hacia lo oscuro con el fin de satisfacer las necesidades básicas de una familia, teniendo a políticos ratas y gobiernos podridos de ejemplo.
Y es que los policías, viendo cómo entran desnudos al gobierno y al cabo de cuatro años, sin cumplir con el deber, salen ricos en bienes y propiedades, más otros logros como becas y autos de lujo, etc., no pudiendo ser políticos se dedican a robar y delinquir siguiendo esos ejemplos.
Allí tienen Zelaya, que se quebró 100 millones de dólares, que solo son la punta de la madeja, veamos cuánto tiempo se toma en juzgarlo si es que un día se llega a intentar. Ya se hizo con Callejas y allí lo tienen, más libre que cualquier ciudadano honesto y trabajador…
