1.- Gobernar sin principios económicos y administrativos.
2.- Despedir y contratar empleados de forma injusta en perjuicio de las instituciones del Estado y afectando los intereses económicos de los trabajadores.
3. Lanzar al gobierno a realizar inversiones riesgosas sin supervisión calificada para mantener empresas privadas nacionales y extranjeras que en muchos casos abandonan los proyectos o demandan al Estado.
4.- Permitir a los bancos privados de la nación a prestar a cualquiera sin base financiera en perjuicio de los ahorrantes.
5.- Convertir al Estado en deudor de la banca nacional y de forma diabólica en deudor de inversionistas del extranjero para pagar gasto corriente.
6.- Licitaciones amañadas.
7.- Otorgar créditos nacionales a campesinos que jamás los pagarán. Condonar deudas con favoritismos en materia agraria.
8.- Invertir en educación pública sin exigencias de calidad y eficiencia en todos los niveles.
9.- Colocar como funcionarios públicos con una visión política de aficionados, poniendo en peligro las relaciones y negociaciones mundiales.
10.- No perseguir el cumplimiento total de impuestos incluyendo a los ricos y empresarios. Permitir niveles de contrabando, defraudación y evasión fiscal que doblan el monto del presupuesto nacional.
11.- Burocratizar el sistema de salud y favorecer empresas privadas sin supervisión para ofrecer servicios hospitalarios y clínicos.
12. Regalar dinero a los pobres sin ningún resultado o exigencia.
Lo peor no son las reglas, sino el ciclo vicioso que se lleva a cabo y nada se hace.