Las actuaciones de la Cancillería demuestran que no ha existido intención de estructurar una Política Exterior coherente; al contrario, en detrimento del interés nacional, se están abandonando a los aliados históricos y los pocos lineamientos que la han orientado.
El regreso a Petrocaribe, que se produce en un año electoral, aparece atado a la delimitación marítima con Cuba y las relaciones con Ecuador, entre otros. El tratado marítimo se suscribió de forma apresurada, Honduras cediendo sus derechos.
También con rapidez se negocia con Jamaica, corriendo el mismo riesgo. El presidente Lobo está realizando acciones para delimitar los espacios marítimos en el Atlántico y contar con un arreglo en el Pacífico, sin que se haya cumplido la sentencia de 1992.
Mientras el canciller realizaba negociaciones con Ecuador, el único país que no reconocía al gobierno de Lobo, se generaron nuevos hostigamientos en el Golfo por parte de El Salvador y Nicaragua.
El presidente Lobo habló de acudir al Consejo de Seguridad de la ONU, y recurrir a los F-5. Pero, la aparente firmeza desapareció. Se conformó una nueva Comisión y se incumplieron nuevamente los plazos.
En aquel momento solo Honduras elaboró una propuesta. Sorpresivamente el presidente Lobo viajó a Nicaragua, donde llegó a negociar. Seguramente los documentos que le presentarán El Salvador y Nicaragua servirán de base para los acuerdos finales.
Honduras está cediendo sus derechos en el Golfo a El Salvador y Nicaragua bajo la pretensión de desarrollar un proyecto interoceánico con la República Popular China. Todo parece indicar que de cualquier forma Honduras será el país más afectado.
En tanto, El Salvador compra aviones de combate, rompiendo el balance de fuerzas en la región, aduciendo la lucha contra el narcotráfico, mientras que Honduras, en donde realmente se necesitan, la Fuerza Aérea no recibe el apoyo presupuestario. El canciller de Ecuador visitó Honduras, casi simultáneamente con el canciller de Palestina. Finalmente el presidente Lobo abandonó al aliado histórico de Honduras, Israel, país que acompañó al nuestro en los momentos más difíciles.
El Salvador estableció relaciones con Palestina un día antes que Honduras, que sigue una vez más las acciones tanto de El Salvador como de Nicaragua. El anuncio se dio después que el presidente Lobo se reunió con sus homólogos de estos países vecinos.
Afectando las relaciones con Taiwán, la Cancillería trabaja para estrechar los vínculos con la República Popular China, tema pendiente del excanciller Corrales, quien viajó a ese país para sellar los últimos acuerdos en términos de concesión. Antes, Honduras pretendió vender bonos soberanos y habló de “ciudades modelo”.
Todas las acciones anteriores forman parte de una misma negociación. Mientras la Cancillería y el Servicio Exterior siguen sin depuración y como una acción nostálgica, se abrirá una embajada en Rusia.
La canciller Mireya de Corrales, tercera funcionaria al frente de las Relaciones Exteriores durante la administración Lobo, concluirá las tareas iniciadas por el excanciller Arturo Corrales, quien las seguirá supervisando.
A seis meses de las elecciones generales, Honduras tiene sus relaciones exteriores acorraladas.