LONDRES, INGLATERRA.- La operación se la hizo cuando tenía 81 años. Hoy en día ya tiene 85, y mantiene el récord de ser la persona de mayor edad de haberse sometido a una cirugía de este tipo.
Ruth recuerda que nació hombre y que desde niño se sintió atrapado en un cuerpo ajeno. También que estuvo casada por 42 años con una mujer que trabaja para la Fuerza Aérea Británica, y con quien, dice, mantiene una relación cordial.
“Me llena de alegría cuando noto mi feminidad. Todo está en su puesto ahora”, dijo en una entrevista al programa This Morning, de la cadena británica ITV.
La mujer contó que nació en el condado de Norfolk en 1933 y fue bautizada con el nombre de James, pero que desde que tiene uso de razón se preguntaba “por qué era niño si solo se imaginaba viviendo como mujer”. Incluso, dijo que siendo muy pequeño se ponía, a escondidas, la ropa de su hermana.
A pesar de esos sentimientos, en 1956, cuando tenía 23 años de edad, decidió dar un gran paso en su vida: casarse, con lo que buscaba reafirmarse como hombre. De esa unión, que duró 42 años, nacieron tres hijos.
Sin embargo dijo que el matrimonio no terminó con sus deseos internos de ser mujer, pero que mantuvo su secreto por muchos años más “porque en esa época ser un hombre que quería ser mujer era una aberración sexual”.
Con el paso del tiempo, él comenzó a participar a escondidas de su familia en eventos a los que asistía vestido de falda, tacones, pelucas y mucho brillo, bajo el nombre de Ruth.
El gran paso
La mujer dijo que a los 81 años de edad pensaba que una operación de reasignación de sexo no era posible, pero que fue su médico ortopedista el que la animó a dar el paso y, que tras comunicar la decisión a su familia, la operación se realizó en el año 2014. Recordó que en ese momento su médico le consultó qué quería hacer con su miembro viril, y que ella respondió “ese se lo dejo a usted, doctor”.
Cuatro años después, dice estar feliz de disfrutar su sexualidad en el cenit de su vida y por la aceptación que ha tenido de parte de la sociedad y su familia. Contó que hace unos meses participó en una reunión generacional de exalumnos de Norfolk, en la que muchos de sus excompañeros le recordaron la época escolar cuando era capitán del equipo de boxeo. Pero, apuntó, “todos me aceptaron así y eso me dio pie para pensar que este tipo de vida es posible a los 85 años”.
La mujer dice que en su vida actual lo único que lamenta Ruth Rose es no tener una cintura más ensanchada y unos senos más grandes. A pesar de ello no se esconde al vestir trajes de baño o cortos vestidos de coctel.