El acuerdo fue presentado por México y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organización que ya había realizado la propuesta y que dijo requería de fondos de Estados Unidos.
En diciembre, días después de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, Estados Unidos se comprometió a invertir 10,600 millones de dólares en Centroamérica y así tomar acciones sobre las causas de la migración irregular, prácticamente el mismo objetivo del Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte.
En ese entonces y debido a las masivas caravanas migrantes, ambos países acordaron concretar el Plan Marshall para Centroamérica, sin embargo, el gobierno de Donald Trump le apuesta a la construcción de un muro fronterizo y un plan que favorece a 'migrantes calificados' y que deja de lado el ingreso de indocumentados por parentesco.
En marzo, Estados Unidos suspendió 500 millones de dólares en ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras debido a que no 'hacían nada para detener la migración irregular', o al menos eso fue lo que dijo el presidente de los Estados Unidos para justificar la acción.
Ahora, México debe realizar acercamientos para convencer a Estados Unidos de financiar el plan, bajo la mirada de Trump que cerró la frontera cuestionando que México tampoco hacía lo suficiente para detener las caravanas migrantes.
'Toca el momento de convencer a Estados Unidos para hacer realidad este proyecto', dijo Manuel López Obrador.
Los proyectos
Con este nuevo plan, Cepal definiría cómo y en qué se utilizaría los fondos en los países del Triángulo Norte.
Además, plantea 30 recomendaciones en estrategias para reducir la migración, para el crecimiento económico, comercio, programas sociales y desarrollo sostenible.
La propuesta incluye cinco proyectos de infraestructura. Uno en Puerto Cortés con la construcción de una planta eléctrica valorada en 1,200 millones de dólares, asimismo, ampliar la red de electricidad en Centroamérica y México (300 millones de dólares).
El tercer proyecto consiste en extender la red de carretera en la frontera de México y Guatemala, además de construir un gasoconducto de 940 kilómetros con un costo de 950 millones de dólares; este proyecto sería desde México hasta San Pedro Sula, al norte de Honduras.
Otro de los proyectos podría resultar polémico, como ocurre en México, pues consistiría en extender el Tren Maya a Centroamérica, para lo que se necesitaría entre 6,000 y 8,000 millones de dólares.
Dándole el visto bueno, López Obrador justificó que en este caso los fondos no serían destinados solo para seguridad, pues 'no es con la fuerza, no es con la violencia. No se puede combatir el mal con el mal; tenemos que ir al fondo del problema'.
México se ha convertido en los últimos meses en el albergue de cientos de migrantes centroamericanos, muchos de ellos golpeados por la violencia y el duro trayecto rumbo a Estados Unidos.