TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Desde hace 20 días pedalea y pedalea. Su vida ha dado un giro así como las vueltas que dan las dos ruedas de su bicicleta.
Tatiana Ramos, de 30 años, supo cómo apoderarse del manubrio y recorrer los caminos de adversidad.
Y es que de vender artículos por internet frente a una pantalla, ahora encontró en una Superbike 26, una aliada para enfrentar a la vida.
Debido a la pandemia por covid-19, la joven madre de dos niños, dejó de percibir ingresos con sus ventas, ya que sus potenciales clientes permanecen en un encierro obligatorio.
“Al quedarme sin mis ventas, comencé a vender mascarillas, guantes y gel, pero esto bajó muy rápido, por lo que comencé a hacer mandados a domicilio”, expresó Tatiana.
Sus vecinos de la colonia Villa Nueva le pedían hacer mandados a la colonia Kennedy, favores que se popularizaron entre los moradores de la zona, hasta hacerse un trabajo.
“Me tardaba mucho tiempo en hacer los mandados a pie, por lo que pensé en conseguir una bicicleta, fue que así la conseguí a 900 lempiras”, recordó la jefa de hogar.
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Jornadas de trabajo
Desde las 6:00 de la mañana, la ciclista está lista para atender a las personas que le soliciten sus servicios de entrega a domicilio.
Su ropa deportiva hace que recorrer los kilometros sea un poco más cómodo, lo que nunca falta es su casco para proteger su cabeza ante un accidente y la obligatoria mascarilla para prevenir el covid-19.
Sus tapabocas verdes combinan con el color de la bicicleta, la cual tiene dos loderas, para evitar ser chispeada cuando llueve en la ciudad.
“Con mi bicicleta voy hasta el mercado y el centro. Hice una publicación en Faceboock y he recibido mucho apoyo de los vecinos de la colonia Kennedy, estoy generando dinero y ayudo a mi cuerpo con el ejercicio y me siento muy bien”, expresó la ciclista.
Tatiana llega a la casa por el dinero y la lista de las compras de cada persona que la contacta.
Con mucho cuidado y concentrada en el camino la “reina del delivery” se traslada donde su cliente le solicite.
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“Comida es lo que más me piden las personas, trato de hacer varias compras al mismo tiempo. Yo no cobró, eso queda a la voluntad de cada persona”, expresó.
En ocasiones las jornadas de trabajo se extienden hasta las 8:00 de la noche.
“Tenía un salvoconducto pero se me venció, necesito tramitar uno para hacer las compras, espero que las autoridades me ayuden con eso”, manifestó la entrevistada.
Cuando es un día bueno, hasta ocho personas solicitan hacer sus mandados, los que dan entre 50 y 120 lempiras por hacer las comprar y llevarlas a casa.
“Es cansado andar en bicicleta, andar pedaleando bajo sol y lluvia, mi sueño es tener una motocicleta, el cual algún día haré realidad”, dijo con tono esperanzador Tatiana.
Gloria Canales, una vendedora de la colonia Kennedy, admira el esfuerzo que realiza la joven para ganarse la vida.
“Ella viene a comprar muy seguido, en estos tiempos está muy difícil la vida, esta buscando una forma de salir adelante. Ella es como los muchachos que andan en moto con una gran mochila”, consideró.
