A diferencia de otros sectores, el personal sanitario no tiene la opción de trabajar desde casa o evitar entrar en contacto con las personas infectadas con la mortal enfermedad y esta realidad les ha pasado factura, sobre todo durante los repuntes de la pandemia en el país.
En menos de 24 horas, tres empleados de este sector han perdido la vida a causa del virus. El pasado martes 26 de enero se confirmó la muerte de la enfermera Cristina Colindres, quien laboraba desde hace varios años en el centro de salud de la colonia Miguel Paz Barahona de San Pedro Sula, departamento de Cortés.
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Ese mismo día se registró el deceso de la joven doctora Victoria García Rosales (31), quien era originaria del departamento de Colón, pero laboraba en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de San Pedro Sula.
Según informó su colega y compañero de labores, Carlos Umaña, Victoria no tenía enfermedades previas, pero su cuadro empeoró a tal grado que tuvo que ser ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde finalmente murió.
Posteriormente, la madrugada de este miércoles el luto se apoderó del IHSS del barrio La Granja en Tegucigalpa, pues un anestesiólogo murió en la sala de observación de su mismo centro de trabajo. Con su deceso, suman tres anestesistas que pierden la batalla contra el covid-19 en dichas instalaciones.
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La nueva víctima fue identificada como Saúl Midence Martínez, quien según sus colegas, tenía más de 20 años de laborar en la institución de salud. En medio de lágrimas y dolor, sus compañeras lamentaron que era un hombre lleno de alegría y un 'excelente profesional'.
Según cifras en poder de la Asociación Nacional de Enfermeros y Enfermeras Auxiliares de Honduras (ANEEAH), al menos 35 enfermeras han perdido la vida a causa de la pandemia y unos 60 médicos han fallecido en la primera línea contra el virus, según el Colegio Médico de Honduras (CMH).