TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En estos días de pandemia resulta extraño ver que un padre lleva a su hijo con uniforme y mochila a la escuela en Honduras.
A un costado de la carretera CA-5 Norte, a la altura de Las Flores, Comayagua, en el centro del país, pedaleando con todas sus fuerzas y con la convicción de que su hija pasará el sexto grado iba don José Santos López.
“Vamos para la escuela, la profesora no ha dejado de dar clases y una vez a la semana viene a revisar tareas y a dejar las de la siguiente semana”, expresó el responsable padre de familia al equipo de EL HERALDO Plus.
En la parrilla de la vieja bicicleta va Thelma. Una gorra negra cubre sus bien hechas trenzas en el pelo y la mascarilla la protege de no contagiarse de covid-19.
“Nosotros hablamos con la maestra y le dijimos que no tenemos dinero para estar comprando recargas, ni teléfonos tenemos, y ella ha estado viniendo, es consciente”, reflexionó el padre.
Recorriendo alrededor de tres kilómetros llegó a la comunidad de Santa Ana, Villa de San Antonio, Comayagua, donde las puertas de la escuela estaban abiertas y más niños vociferaban en la clase.
“Vamos a repasar niños, pongan atención a la pizarra, estas son las unidades, decenas y... centenas”, enseñaba la profesora Ana Carolina Rivera, de la Escuela La Asunción de la aldea Santa Ana.
Los padres llegan con su mascarilla, se aseguran que sus hijos vayan limpios, con un bote de gel de manos y todas las medidas de bioseguridad.
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Controlar los estudiantes es más complicado, pero todos han ido aprendiendo que deben usar mascarilla y no estar cerca de los demás para protegerse, esta es como una nueva asignatura.
Hay casos de pobreza extrema: la gente no tiene para comprarle una mascarilla a su hijo y el gobierno tampoco aporta en equipo de bioseguridad, pero aún así los niños reciben sus clases y se busca la manera de protegerlos.
“No he dejado de atender a mis alumnos porque no puedo trabajar de manera virtual con ellos, aquí es una aldea de escasos recursos y los padres no tienen internet”, declaró a EL HERALDO la abnegada mentora.
¿Pueden volver los maestros?
Cifras en poder de EL HERALDO muestran que 71,558 maestros laboran en Honduras, pero los que en realidad han tenido acercamiento con sus alumnos en los últimos 14 meses no son todos.La mayoría exige a los padres las tareas y hasta amenaza con sacar a los niños de los grupos de WhatsApp si no mandan los trabajos resueltos, según denuncias de los mismos padres de familia.
“La maestra de mis hijos está en Estados Unidos, ella solo sabe pedir y mandar trabajos para que uno los imprima y quiere las cosas bien hechas, pero uno no sabe, hay cosas que parecen de colegio y yo solo llegué a sexto grado”, se quejó una madre de familia de la capital.
En el caso de la maestra Ana Carolina, ella se preocupa por llevarle a sus alumnos materiales impresos para reforzar sus conocimientos y les explica las asignaturas de español y matemáticas, en las cuales presentan más problemas.
Cubierta con su mascarilla, refirió que en su centro educativo -que es parte del Programa Hondureño de Educación Comunitaria (Proheco)- subió la matrícula, ya que el año pasado tenía 27 alumnos en los seis grados y ahora tiene 32.
“Puede ser que los padres miran el interés de uno como docente que viene una vez por semana a darle clases a los niños”, refirió la maestra.
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En este pequeño grupo, la maestra ha detectado graves problemas en los niños de primero y segundo grado, porque debido a la pandemia y la falta de clases regulares, les ha costado más el aprendizaje.
Hasta el momento no ha registrado un caso de covid-19, a pesar que las autoridades de la Secretaría de Educación la han dejado sola, no tienen libros, material didáctico, no hay escritorio para ella, mucho menos internet o computadoras.“No hay material de bioseguridad, ya solicité mascarillas y alcohol para proteger a los niños pero no hemos recibido respuesta, con los padres hemos hecho actividades para reparar una pila y que los niños se puedan lavar las manos constantemente”, refirió, pero el proyecto no está terminado.
Datos proporcionados a EL HERALDO por el Sistema Nacional de Información Educativa de Honduras (Sinieh) indican que en el país hay 26,180 instalaciones educativas, pero no hay una cifra exacta de cuántas funcionan o el número sobre las que están en el olvido.
EL HERALDO constató que algunos maestros dan clases en sus casas, ahí llegan los alumnos cercanos que no tienen internet y en otros casos se esfuerzan por asistir un día a la semana al centro de enseñanza.
Gloria Menjívar, viceministra de Educación, declaró a EL HERALDO que en este momento el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) les autorizó la apertura de 55 centros educativos para hacer una prueba piloto, pero a nivel local hay muchas comunidades que ya lo están haciendo de manera semipresencial, con el apoyo local, es decir, ellos deciden si abren o no.
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