Honduras

Bertha, una mujer laureda por la historia, a quien llora un pueblo

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03.03.2016

Tegucigalpa, Honduras
La vida de Bertha Isabel Cáceres Flores, una mujer laureada por la historia, fue cegada justamente un día antes de cumplir sus 45 años.

Los matones a sueldo no pensaron que estaban agotando la existencia de una luchadora que nació para vivir, para luchar por los desposeídos, por sus derechos humanos, por el respeto de los recursos naturales que constituyen la riqueza de un pueblo que hoy la llora.

Nacida un 4 de marzo de 1971 y madre de cuatro hijos, Bertha se preparó para meterse en el corazón de sus compatriotas, como lo hizo en las primeras décadas del siglo pasado Visitación Padilla, una defensora de la justicia, de la libertad y de la soberanía nacional, o como lo hizo la ambientalista Jeannette Kawas, asesinada en 1995.

Muy joven, Bertha Cáceres se dedicó a la defensa del ambiente, a defender el agua que le corresponde a los lencas, ese pueblo que ella amó hasta el último minuto de su muerte.

Protectora
Junto a su entonces esposo Salvador Zúñiga, fundó en 1993 el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), organización que la llevó a la cima como una luchadora nacional e internacional del ambiente y que la condujo a ganar el 20 de abril del año pasado el premio medioambiental Goldman, el más importante en este campo.

El galardón le fue dado por librar una batalla que frenó la construcción hidroeléctrica de Agua Zarca, en el río Gualcarque, Santa Bárbara, proyecto que era financiado por la Corporación Financiera Internacional, institución del Banco Mundial.

La empresa hondureña Desarrollos Energéticos S.A. (DESA) iba a hacer la obra que inicialmente logró el respaldo de la compañía china Sinohydro.

Al fundar Copinh, Bertha y su esposo dieron un paso al frente para organizar a los indígenas lencas, una etnia de unos 400,000 miembros que viven en condiciones de pobreza entre los departamentos de Intibucá, Lempira y Santa Bárbara.

Estos territorios son codiciados por compañías hidroeléctricas y mineras, algunas de las cuales han conseguido licencias para explotar estos recursos. De esta forma el Copinh -liderado por Bertha Cáceres- se insertó en el movimiento social hondureño en favor de las reivindicaciones sociales y la defensa de la tierra.

Protestas
Tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, la luchadora del ambiente fue una de las protagonistas que demandaban en las calles el retorno del gobernante derrocado, Manuel Zelaya.

Una de las últimas luchas que libró la asesinada líder indígena fue la defensa de las aguas del río Gualcarque.

Hace dos años, otra empresa terminó renunciando a una construcción en el mismo río luego de las masivas manifestaciones emprendidas por el Copinh, en una de la cuales murió en junio de 2013 el también dirigente Tomás García.

Bertha Cáceres fue llevada varias veces a los tribunales destacando, entre tantas acusaciones, una que tenía que ver con tenencia ilegal de armas.

Ella se defendió en los tribunales alegando que fueron los militares los que le pusieron un arma con la finalidad de intimidarla y acusarla.

Ella denunció amenazas a muerte y por eso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le dictó medidas cautelares que el Estado no cumplió.