Siempre

Steve Elkins y la ruta que lo llevó a la ciudad perdida

El hombre que hizo de Ciudad Blanca su gran hallazgo conversó con EL HERALDO sobre el viaje que emprendió hace 25 años

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15.09.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La búsqueda y hallazgo de Ciudad Blanca, un territorio escondido bajo la selva de La Mosquitia de Honduras, coloca a Steve Elkins como un referente del mito traído a la realidad.

Lo que comenzó contemplado como una leyenda fantástica, que luego fue creencia de una civilización que desapareció misteriosamente y que en la actualidad derivó en un Centro de Estudios Arqueológicos, se debe en gran parte al hombre que hace 25 años emprendió un viaje con el objetivo de terminar la tarea que otros habían dejado pendiente.

Desde los tiempos de Hernán Cortés se rumoreaba sobre esta enigmática ciudad que yace bajo la jungla. En el transcurso de los años, curiosos y saqueadores de oro habían intentado llegar a ella, fracasando en el intento. En 1927 el piloto Charles Lindbergh hizo un recorrido por América Latina en su avión “El espíritu de San Louis” y desde el cielo vio algo que se escondía bajo la vegetación. En 1940 Theodore Morde exploró y llegó a Nueva York con la gran noticia de haber encontrado la ciudad perdida, pero nunca dio datos de dónde estaba.

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Fue hasta 1994 que el explorador Steve Elkins emprendió su misión con el fin de descubrirla y no desistió hasta hacerlo en el año 2015, usando la tecnología lidar aéreo. En el año 2016 se hizo el anuncio oficial del hallazgo causando gran impacto e interés mundial; el canal internacional National Geographic produjo un documental sobre ello y el escritor Douglas Preston escribió un libro que ha sido best seller y se ha traducido en varios idiomas.

En esta ocasión, EL HERALDO pudo conversar con Steve Elkins durante la visita que el explorador hizo a Honduras en el marco del evento “Los secretos de Ciudad Blanca” para presentar su documental The Lost City of the Monkey God, que trabajó junto a Bill Benenson y que narra su pasaje por estas misteriosas tierras.

“Es una historia muy grande. Hay muchos eventos importantes que vienen a mi mente tras todos estos años en los que he tenido a Ciudad Blanca en mi mente, remontándome hacia mi primera expedición en 1994. Ese mismo año, al borde de un río y junto a una gran roca mi equipo y yo encontramos nuestra primera pista”, recordó Elkins.

El explorador comentó que se trataba de una figura de alguna especie de “carbón” donde se veía a un hombre con una máscara muy particular sosteniendo una lanza. En el Instituto Hondureño de Antropología pensaron que era de una persona que estaba plantando maíz, pero ellos no estaban de acuerdo porque era inconcebible que en medio de la selva, donde no se pueden ver a metros de distancia, tal cosa tuviera sentido.

Gracias a las investigaciones previas que Elkins había hecho y tras lo sucedido en ese momento comenzó a obsesionarse sobre lo que significaba ese dibujo, esa especie de jeroglífico que había visto. Se dio a la tarea de indagar alrededor de todo el mundo para dar con el origen de la historia de Ciudad Blanca.

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Su interés lo llevó a contratar a científicos de un programa estadounidense para saber si por medio de satélites se podía ver algo más y aunque la respuesta no fue muy satisfactoria, sí le permitió saber un poco más a través de las fotografías de la tierra. Así supo que había lugares donde no hubo nunca un asentamiento, pero que en algunos otros posiblemente sí.

“Traté de organizar una nueva misión de exploración en 1998 para encontrar este valle. Recaudé el dinero y el equipo, pero el huracán Mitch destruyó Honduras y tuve que esperar 11 años para regresar, cuando recibí la llamada de un amigo que se encontraba en el país y me preguntó si quería descubrir la ciudad perdida, a lo que respondí que sí. En ese momento había leído sobre la tecnología aéreo lidar y supe que era mi oportunidad”, contó el estadounidense, trasladándose al año 2012.

De manera inmediata Elkins y su equipo encontraron 100 metros arqueológicos que no habían sido investigados, eran oro. Vieron que estaban en el lugar donde se decía que yacía Ciudad Blanca y se dijeron “esta debe ser la ciudad perdida”. Les tomó cerca de tres años recaudar los fondos, el equipo, los permisos y todos los arreglos necesarios para poder ir por tierra y descubrir el lugar en 2015. Lo demás es historia.

“Desde el principio grabábamos cada paso porque esperábamos al final poder presentar un documental sobre esta historia y lo logramos. Ahora lo traemos a Honduras por primera vez, en una edición especial con subtítulos en español que esperamos logre transmitir esta inolvidable aventura”, apuntó el también cineasta. The Lost City of the Monkey God ha sido presentado anteriormente en algunos festivales de Estados Unidos.

Elkins ha trabajado de la mano con la Fundación Kaha Kamasa y enfatiza que ahora es necesario que Honduras continúe con la investigación. “Espero que con nuestro documental la gente pueda entender cuál fue el verdadero proceso para descubrir estos asentamientos y que Honduras se empape del legado que tiene en Ciudad Blanca”, finalizó.

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El equipo de EL HERALDO se sumergió en la aventura tras la noticia del hallazgo de Ciudad Blanca en 2015.

El equipo de EL HERALDO se sumergió en la aventura tras la noticia del hallazgo de Ciudad Blanca en 2015.