TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El gran maestro de generaciones y semillero del expresionismo pictórico Víctor López, quien ha construido nombre y referente en el arte hondureño desde hace más de cuatro décadas, es ahora presa de un delicado estado de salud que lo imposibilita de sus facultades más básicas.
“El maestro del arte hondureño, Víctor López, se encuentra postrado en una deplorable sala del Hospital Escuela, un derrame cerebral letal le ha dormido el lado izquierdo de su cuerpo y ha perdido totalmente el habla. Está en un angar hacinado, en condiciones humillantes e inhumanas. En pobreza total, otro artista abandonado por el Estado”, ha publicado el crítico de arte Carlos Lanza.
Considerado por el experto y por muchos otros el continuador del mejor expresionismo pictórico de Honduras, “duele ver cómo la Secretaria de Cultura le da la espalda a los artistas”, denuncia Lanza, mientras apela a la solidaridad de los conocedores del pincel de López para que se sumen a apoyarlo en este momento de vulnerabilidad.
“Hoy te pedimos el apoyo para que (Víctor) supere esta situación. Puedes aportar a la siguiente cuenta: 200015326009, en Banco Ficohsa, a nombre de su hija Faviola José López Figueroa, con número de identidad 0801199217842”, detalla Lanza, conocedor de la obra de López, en el mensaje.
Sobre el artista
El pintor, figura de trascendencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), es considerado un maestro del dibujo, planos cromáticos en contraste y espacios monocromáticos.
Perteneció al Taller Estudio 67 que surgió en marzo del año 67 y formó parte del histórico Taller de La Merced en los años setenta.
Sostuvo su pincel durante la llamada “década perdida”, es decir, la época de los ochenta donde pintar era casi un acto clandestino, y ha llegado hasta nuestros días con la solvencia que solo nos pueden ofrecer los grandes maestros.
Después de un cuarto de siglo, de discreto pero fructífero silencio, la pictórica disruptiva de Víctor López resurgió en 2022 a través de la exposición “Huellas de sangre”.