GRACIAS, LEMPIRA, HONDURAS.- “El Gran Vidrio: Memoria de la imagen y la palabra” es el libro que Carlos Lanza presentó en el marco del VI Festival Internacional de Los Confines.
La crítica de arte estuvo presente en la cita cultural, con una recopilación de 34 de los 80 artículos que por espacio de tres años (2018-2021) Lanza publicó en la sección El Gran Vidrio, de EL HERALDO.
Escritores nacionales e internacionales, así como público en general, se reunieron en la Casa Galeano para acompañar al crítico de arte en su presentación, donde además de hablar sobre su aporte desde las páginas de este rotativo, también hubo espacio para la reflexión sobre el arte hondureño en el contexto actual.
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La editora de la sección Vida, Samaí Torres, fue la moderadora del acto en el que Lanza recordó que El Gran Vidrio fue su segundo encuentro con las páginas de EL HERALDO, puesto que en 1998 ya había tenido un segmento dedicado a la crítica de arte, filosofía y literatura bajo el nombre de Viceversas, que dirigía en conjunto con Geovanny Gómez y Delia Fajardo, y en el que se publicaron 34 artículos.
El libro, sellado por la Editorial Efímera, contiene 28 textos escritos por Lanza y otros seis firmados por Ariel Martínez, Raúl Arechavala y Allan Núñez.
“Estos son artículos pensados desde el aporte de la teoría, filosofía e historia del arte, así como teoría crítica”, señaló el autor, y aclaró que en ellos no se aborda la especificidad de la obra de los artistas, los 46 ensayos que sí contienen ese enfoque serán parte de un segundo tomo sobre El Gran Vidrio.
Una pasión
En un país como Honduras, donde la reflexión crítica no está arraigada como un elemento cultural, escribir crítica de arte es una labor poco valorada y comprendida.
“No ha sido un trabajo fácil pensar el arte, caracterizarlo o intentar acercarlo a una definición, es complejo, sobre todo porque hay diferentes puntos de vista y enfoques teóricos de un mismo movimiento artístico, hay más desacuerdos que acuerdos, pero en eso está la riqueza del debate teórico en el arte”, expresó Lanza en su presentación, donde resaltó que pese a todo son trabajos escritos con mucha pasión y honestidad.
“Es difícil escribir crítica de arte porque no hay un público; para la literatura sí, pero para la crítica no, es un privilegio que estén aquí ustedes, porque no resulta tan atractivo. Pero generar este pensamiento era necesario”, dijo en relación a la nutrida presencia de público en un evento en el que además no quedó sobre la mesa ninguno de los ejemplares disponibles de su libro, que fue adquirido por nacionales y extranjeros.
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Reflexiones
Los criterios de Carlos Lanza se mueven entre una producción de arte hondureño que está entre la tradición y lo contemporáneo.
“El arte contemporáneo exige un artista intelectual, reflexivo, que piensa, y lo que he intentado hacer con mi trabajo es ayudar a este proceso reflexivo, a trazar esos puentes entre la reflexión crítica y la imagen artística”, detalló el autor, y acotó que el arte hondureño se mueve entre ser contemporáneo y el peso de la tradición, algo que no se puede romper y que ha generado una falsa guerra entre artistas de uno y otro lado.
“Hay extraordinarios artistas en ambos, lo que hay que hacer es valorar esas virtudes y encaminar nuestra producción artística. Al final de cuentas el peso de la tradición artística va a terminar fundiéndose con el peso de otra tradición, que será la del arte contemporáneo”.
