COPÁN, RUINAS, HONDURAS.- La tecnología al servicio de la ciencia acorta los tiempos, y esto acelera las profundización de las investigaciones.
Y es justamente esto lo que se puso sobre la mesa en el Congreso de Arqueología organizado por el Instituto Hondureño de Turismo (IHT) y realizado en Copán Ruinas el 4 y 5 de diciembre.
En la capital del mundo maya en Honduras se reunieron arqueólogos y público en general para descubrir lo que se ha logrado en las investigaciones en el Parque Arqueológico de Copán, donde la investigación y los descubrimientos no cesan.
Los doctores Cameron McNeil, Richard Hansen, Julio César Alvarado, Takeshi Inomata, Manuel Pérez Rivas y Tomás Barrientos; los arqueólogos Richard Wood, Ricardo Agurcia, Elisandro Garza, Jorge Ramos y Xinwei Li; y los expertos en turismo Herbert Sermeño y Eduardo Yarto, encabezaron el grupo de expertos que pusieron a punto la información en cada una de las ponencias de la jornada.
Los conferencistas ampliaron información sobre hallazgos, la tecnología utilizada en los estudios de las ruinas mayas y los riesgos de la zona arqueológica.
En palabras de la doctora Cameron McNeil, “Honduras nunca terminará de descubrir Copán”, no obstante, la tecnología al servicio de la ciencia ha permitido profundizar en los estudios y hacer análisis milimétricos de la zona arqueológica que va mucho más allá de la Acrópolis que se recorre en las visitas al Parque Arqueológico.
Copán es una mina de historia, cada hallazgo da indicios de una cultura maya que es amplísima en su cultura, no es suficiente un congreso de dos días para detallar capa por capa lo que los arqueólogos han descubierto durante décadas de investigaciones.
En el Congreso de Arqueología, se expuso la importancia militar del Cerro de las Mesas, y cómo esto podría marcar un nuevo rumbo respecto a lo que se sabe sobre K’inich Yax K’uk’ Mo’ , el fundador de la dinastía que gobernó la ciudad maya de Copán durante casi cuatro siglos.
Las investigaciones podrían indicar en qué contexto llegó el gobernante maya a Copán y enriquecer aún más lo que hasta ahora se sabe respecto a él.
Además, se expuso un nuevo hallazgo sobre el templo Rosalila, descubierto en 1989 por el arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia, el cual se creía fue construido en el año 571 d.C. (después de Cristo), no obstante, nuevos hallazgos indican que pudo ser más bien en el año 500 d.C. Rosalila fue enterrado en el año 750 d.C.
Agurcia dijo que ahora saben que el templo fue utilizado por más tiempo del que se pensaba, lo que amplía su importancia para los mayas.
A la par de los estudios también hay una realidad: el riesgo en el que se encuentra esta zona arqueológica.
El arqueólogo Elisandro Garza, señaló que la humedad en esta zona provoca colapsos en la red de túneles y secciones de Rosalila, “hay estrés estructural, que se manifiesta a través del astillado, grietas y colapsos localizados”.
Y es aquí donde los avances tecnológicos, especialmente la tecnología Lidar, permite acelerar los trabajos de conservación de Rosalila, para tomar decisiones sobre la consolidación y cancelación de túneles que ponen en riesgo la estructura.
“Las bases de datos de Lidar son un tesoro para la conservación”, señaló Garza.
Por su parte, el doctor Tomás Barrientos, reforzando la importancia de la tecnología en la arqueología, enfatizó que de nada sirve tener mejor tecnología si no se mejora la interpretación de esta información y su divulgación.
Los vestigios mayas seguirán siendo fuente de conocimiento, se necesita inversión para investigaciones. Se sabe que la Acrópolis solo es una parte representativa de la zona que habitaron los mayas, pero más allá de lo que los ojos ven a simple vista hay más, bajo tierra hay más vestigios, en riesgo porque están en zonas privadas donde se construyen proyectos residenciales o se instalan antenas.
Se necesita un compromiso de Honduras: autoridades y habitantes, solo generando consciencia las ruinas mayas de Copán podrán sobrevivir al tiempo... y a la naturaleza.