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Hace 242 años nació Dionisio de Herrera

El primer Jefe de Estado de Honduras, prócer y estadista, murió en la pobreza el 13 de junio de 1850, en El Salvador
09.10.2023

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El 9 de octubre de 1781 nació en La Villa de Jerez de Choluteca y mis Reales Tamarindos otro “Rock Star”, pero no de la música pop, sino de la historia política centroamericana.

Dionisio de Herrera Díaz del Valle. Hijo de Paula Díaz del Valle, tía de José Cecilio del Valle.

Su padre don José Jacinto al casarse en minoría de edad con doña Paula, entró en desagradable disputa por la dote de aquella que por ley correspondía administrar a don José Antonio Díaz del Valle, su hermano mayor ya la vez padre de José Cecilio Díaz del Valle. .

Ante la seriedad del desacuerdo invadiendo violentamente don Jacinto las tierras de don José Antonio, optó este último por emigrar a Guatemala con su esposa e hijo, el niño de 9 años José Cecilio en 1789.

Bendito desacuerdo que permitió a este niño y luego a sus primos Dionisio y Próspero educarse en un momento de luminosas reformas ilustradas en la Universidad de San Carlos rectorada entonces por el erudito de origen costarricense, Fray Antonio de Liendo Goicoechea.

La introducción del castellano en lugar del latín, de la libertad de cátedra, de la experimentación, de una biblioteca de más de 6 mil volúmenes con la vanguardia de las ciencias duras, del derecho, de la economía, de la literatura, de la filosofía. y de la historia, permitió la formación al más alto nivel posible a los futuros líderes de la política regional.

Si bien, no todos en el futuro abrazarían la causa del liberalismo revolucionario en el primer tercio del siglo XIX (José de Aycinena fue también discípulo de Goicoechea), buena parte de ellos dejaron una huella luminosa en la fundación bajo ideales democráticos y progresistas de la República Centroamericana y de los Estados que la conformaron.

Es el caso de don Dionisio de Herrera Díaz del Valle.

Al regresar en 1820 a Honduras se convirtió en secretario del Ayuntamiento de Tegucigalpa y redactó el Acta de Independencia de Tegucigalpa que se adhiere plenamente a la que en Guatemala redactó su primo José Cecilio.

Fue también gran amigo y aliado del ilustrado y progresista sacerdote liberal, Francisco Antonio Márquez (1787-1842).

Un joven de 29 años, José Francisco Morazán Quesada, era su asistente con quien entablaría una sincera, leal y estrecha amistad fundada en los más altos valores morales y cívicos como el respeto a la Constitución, a la soberanía popular y al necesario impulso a la educación pública.

El joven Morazán no tuvo la suerte de educarse en Guatemala como los Díaz del Valle, pero fue un formidable autodidacta que incluso aprendió a leer en francés a los grandes eruditos de la teoría política, del derecho y la economía política en las bibliotecas de León Vásquez. y del mismo Herrera —quien se casó con su prima hermana Micaela Quesada—, lo cual se confirma al leer sus escritos.

Por ejemplo, cuando fundamenta la necesidad en 1823, como síndico del Ayuntamiento de Tegucigalpa, de la necesidad de apoyo a los agricultores y la necesidad imperativa de crear una plaza de maestro en Tegucigalpa.

Herrera fue nombrado gobernador de Tegucigalpa en 1823, y en 1824 primer Jefe de Estado de Honduras para un periodo de cuatro años que comenzó el 16 de septiembre de 1824.

Bajo su gobierno se aprobó en 1825 la primera constitución de nuestro país y su primer escudo.

Se dictaron providencias con el apoyo de su Secretario de Gobierno Francisco Morazán para divulgar las cartillas de alfabetización de Fray Matías de Córdoba así como los primeros intentos de implementar el método lancasteriano de educación por monitores en círculos de estudio que tanto éxito estaba teniendo en Europa y Estados Unidos.

En 1827 su oposición al giro dictatorial y conservador del primer presidente federal Manuel José Arce, lo hizo objeto de derrocamiento violento el 10 de mayo. Y luego fue llevado prisionero a Guatemala.

Entre tanto Morazán, quien escapa de su cautiverio en Tegucigalpa a fines de junio de 1827, lograría conformar una milicia de patriotas que bajo el sugestivo nombre de “Ejército Aliado Protector de la Ley”, iniciaría la derrota de la dictadura en la batalla de La Trinidad un 11 de noviembre de 1827.

El 13 de abril de 1829 y luego de consecutivas victorias en Honduras, El Salvador y Guatemala, el ejército de Morazán entra triunfante a la capital federal donde se hallaba Herrera a quien libera.

Morazán se hará cargo del Estado de Honduras, el guatemalteco Juan Barrundia de concluir la presidencia de Arce y convocar a elecciones, y Herrera es comisionado a mediar en un conflicto armado en Nicaragua del que sale bien librado y nombrado incluso Jefe de Estado (1830- 1833).

En 1833 es electo dos veces Jefe de Estado de El Salvador que en igual número de veces rechaza.

En 1839 es diputado a la Asamblea Constituyente de Honduras en momentos en que la República agoniza y en Honduras el Estado es controlado por el bando conservador que representa a Francisco Ferrera.

Su pasado liberal y simpatía por la causa de Morazán le hizo entrar en desgracia con Ferrera y debe salir al exilio a El Salvador.

Sus propiedades fueron confiscadas y pasó sus últimos años como maestro de una escuela primaria que fundó en la ciudad de San Vicente.

En mayo de 1850 en su testamento dejó claro que el Estado de Honduras le debía sus bienes confiscados y que una vez lograda su recuperación los primeros 1200 pesos que recibiera debían ser entregados al gobierno de Centroamérica que el confiaba se restauraría.

Entre tanto lo único que don Dionisio poseía: tres pesos los dejaron a la escuelita que fundó y que tanto quiso de San Vicente.

Murió pobre en San Salvador un 13 de junio de 1850 este amigo de la ley, de la democracia, de la educación y del bienestar del pueblo centroamericano.