Siempre

La poderosa sutileza de la poesía de Mayra Oyuela

En el VIII Festival Internacional de Poesía Los Confines, la poeta fue jurado del Premio de Poesía, además presentó una antología editada en el marco del encuentro literario
04.06.2024

GRACIAS, LEMPIRA.- Mayra Oyuela tuvo un paso discreto durante el VIII Festival Internacional de Poesía Los Confines.

Debía ser así pues los organizadores le encomendaron una de las tareas más delicadas del festival: ser jurado del Premio Nacional de Poesía Los Confines, un trabajo solitario y silencioso, ya que al ser miembro de esta junta, recibe los libros finalistas para su lectura, pero sin saber quiénes son los otros miembros del jurado, hasta que finalmente se reúnen después de un correo donde se les brinda las indicaciones del procedimiento, y comienzan las reuniones dentro de la agenda del festival evitando que las personas se enteren.

La traducción, pieza fundamental para universalizar la literatura

Pero el festival no podía ignorar la altura poética de Mayra Oyuela, y por esa razón la Editorial Efímera publicó un libro que sin duda dará mucho de qué hablar en Honduras, es una antología personal titulada “Agua que sangra agua”, es quizá uno de los libros más hermosos de nuestra poesía y un primer balance de la poeta más representativa de Honduras.

El libro es una edición de lujo en pasta dura y papel crema, en el que Oyuela hace un recorrido íntimo a manera de diálogo con su producción cuya esencia es la agudeza resplandeciente, la cercanía con temas universales desde la sinceridad personal y desde la circunstancia socio histórica de la sujeto poética, una elección de un lenguaje transparente y totalmente plástico por lo que cada poema se adhiere al instante al lector.

El lujo de leer la poesía de Mayra Oyuela solo se compara con el lujo de escucharla de su propia voz, en Los Confines hipnotizó a su público, además de la claridad de sus comentarios y posiciones sobre la creación poética, la postura de vida del poeta y el papel cultural de la poesía.

El lector solo puede hundirse en los mundos poéticos de Oyuela y arriesgarse a ser sacudido de su normalidad cotidiana: “El cielo sacude sus aguas/ flota sobre sí mismo/ y sobre mí/ pues estamos hechos de la misma sustancia./ Atrapadas van en mis pestañas/ partículas de polvo/ que traspasan la ventana como escarcha”; también hay otros instantes cuando el lenguaje fluye en calma y al final explota cada sílaba desconfigurando su propio universo: “No temas./ Siempre hay una primera vez/ habrá que lavar toda la ropa/ incluso la de tus muertos.

En la autopresentación de su libro “Agua que sangra agua” se puede lees esta singular declaración: “¿Por qué la poesía? Es una pregunta que me sigue persiguiendo, una incógnita que se desliza entre mis dedos cada vez que intento atraparla. Quizás la poesía no sea una elección consciente, sino un encuentro fortuito entre mis rebeldías y mi alma inquieta y esta forma de expresión que parece resonar en lo más profundo de mi existencia. Hasta el día de hoy, no he encontrado una manera más irreverente ante la vida que la poesía, es un empecinamiento por encontrar belleza hasta en lo más insignificante, definirla es una tarea insoportable, dominarla lo es aún más, por ello, nunca he dejado de corregir mis textos y nunca estaré satisfecha, siempre habrá una palabra exacta que llegará a mí, demasiado tarde”.