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Pablo Zelaya Sierra, declarado Benemérito de la Patria por el Congreso Nacional

El Congreso Nacional otorgó al pintor Pablo Zelaya Sierra el reconocimiento de Benemérito de la Patria
08.08.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pablo Zelaya Sierra (1896-1933, Ojojona, Francisco Morazán), el padre del arte moderno hondureño, ha sido declarado Benemérito de la Patria.

Esta distinción, otorgada en tercer debate por el Congreso Nacional, resalta su sólida y coherente trayectoria, así como su sobresaliente contribución al arte, convirtiéndolo en un referente de la escena artística nacional.

Carta abierta a Pablo Zelaya Sierra

“En honor a su destacada contribución al desarrollo cultural y artístico de Honduras, por los servicios prestados a la nación y al mundo en aras de engrandecer el arte universal, la plástica nacional y el honor de la República”, reza el enunciado del poder legislativo.

“Se ha hecho justicia histórica al gran fundador del arte moderno hondureño. Zelaya Sierra pasa a ser guardián de la nación. Fueron años de lucha para obtener este reconocimiento. Agradezco a Allan Núñez por estructurar la propuesta, a Delmer Moreno, agregado cultural de Honduras en España, por su decidido apoyo y por abrir las puertas del Congreso Nacional, y a Samai Torres por su compromiso constante en mantener viva la memoria del maestro desde la sección cultural de Diario El Heraldo. Espero que el mundo del arte hondureño valore en toda su dimensión este logro. Es la primera vez en la historia de la nación que un artista es elevado a la categoría de Benemérito de la Patria”, escribió Carlos Lanza, escritor y crítico de arte, tras el anuncio.

Pablo Zelaya Sierra: Un pincel que pintó la historia de Honduras

Nacido en Ojojona, al sur de la capital, en 1896, Pablo Zelaya Sierra mostró desde joven una innata pasión por el arte. Su formación inicial como maestro de escuela lo llevó a Costa Rica, donde encontró un ambiente propicio para desarrollar su talento artístico.

Honduras tiene una deuda con Pablo Zelaya Sierra

Bajo la tutela del pintor andaluz Tomás Povedano de Arcos, Zelaya Sierra perfeccionó su técnica y comenzó a destacar como una promesa del arte latinoamericano.

Su talento lo llevó a España, donde aspiraba a continuar su formación en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Sin embargo, la falta de apoyo económico frustró sus sueños. A pesar de las adversidades, su espíritu creativo no se apagó.

Al regresar a Honduras, su obra ya había trascendido fronteras. Sus cuadros, cargados de simbolismo y realismo social, reflejaban la realidad de su país y lo posicionaron como uno de los artistas más importantes de su generación. Lamentablemente, su vida se vio interrumpida a temprana edad, dejando un legado invaluable para el arte hondureño.

Su influencia en la escena artística hondureña fue fundamental, y su obra sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas.