En esta ocasión 45 piezas cinematográficas conformarán la muestra, siendo 15 de ellas hondureñas y 30 de diferentes países de Latinoamérica.
Desde el drama y la ciencia ficción pasando por la comedia hasta potentes documentales forman parte de esta colección que, lo puedo asegurar, los hará despertar diferentes emociones.
Los cortos se estarán presentando en las salas de Cinemark en City Mall como parte de las actividades que este año trae el evento de cine.
Uno de los puntos que más destacará este año es la calidad de las historias.
La visión de los cineastas hondureños llega a un nuevo punto, pues se han esmerado en ofrecernos relatos más humanos y más apegados a nuestra realidad y cotidianidad.
Poco a poco van quedando lejos esos intentos de emular los guiones de Hollywood con historias que al final quedan a deber, vacías y carentes de identidad. Para el caso, las temáticas LGBTQ+ están ganando espacio dentro de la selección oficial.
Hace un par de años sonaría descabellado pensar que un cineasta hondureño se tomaría el tiempo para realizar cine con este tema, en una industria naciente que lo ha visto con morbo y lleno de clichés.
Un buen ejemplo de cómo están cambiando las cosas será el cortometraje “Victoria”, del realizador William Reyes, quien aborda en el formato documental la vida de un homosexual dedicado a la sastrería en un pueblo conservador en el centro de Honduras.
La trama se aborda con mucha sensibilidad por parte de su director, teniendo mucho respeto por el personaje que presenta, y está llena de detalles que cautivarán a los espectadores.
En la línea social, “Sin tierra”, de Dassaev Aguilar, es un documental que aborda un tema de urgencia nacional: el desplazamiento forzado de campesinos en distintos puntos del país. Algo que sin duda alguna no dejará indiferente a nadie dentro de su proyección.
En el apartado de ficción algo que me atrapó fue ver una línea bien marcada en cuanto a temas. Este año parece que el predilecto será la mente y su complejidad. Desde diversas historias veremos cómo la violencia, el rechazo, el estrés, el abandono y la soledad afectan la condición humana.
En cuanto a calidad técnica, los cortos de EL HERALDO, una vez más, vuelven a convertirse en referente para el cine nacional.
Este 2018 hay bastante impacto visual, calidad sonora y montajes sobresalientes. Como se desarrolla el guión y es aplicado en la práctica sigue siendo la gran deuda a saldar, pero, sin duda, esto es algo que nuestros realizadores solo podrán optimizar realizando nuevos proyectos año con año.
Sé que no es una tarea fácil, y más en un país como el nuestro, pero el reto está ahí.
La cita para ver cada uno de los cortos de este año será del 29 de octubre al 3 de noviembre en las salas de Cinemark en Tegucigalpa.
