TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con una antesala digna de masiva asistencia y ovaciones de pie al final de cada espectáculo, el proyecto que ha marcado el referente escénico en Honduras hace su regreso: la Casa del Teatro Memorias finalmente presenta la IV Muestra Centroamericana de Teatro “Memorias de Centroamérica”.
El encuentro intercultural, que se extenderá durante todo el mes de noviembre, deja en evidencia que el recinto capitalino no es solamente un espacio en donde se ofrecen funciones de teatro, sino que tiene varios renglones de desarrollo, entre ellos, el encuentro con actores, directores y productores de la región.
En ocasiones anteriores, el director de la casa y de la muestra, Tito Ochoa, ha manifestado que el propósito del evento es traer a Tegucigalpa lo mejor del teatro centroamericano para así ayudar a transformarla en un referente importante en donde las puestas en escena tengan mayor fuerza y presencia.
Las tres ediciones anteriores se han catalogado como un rotundo éxito por parte de sus organizadores, pese a la particularidad de que se han extendido por alrededor de un mes y medio, cuando este tipo de festivales duran en promedio una semana.
En esta ocasión, fue la productora del proyecto, la actriz española Inma López, quien compartió los detalles de la jornada escénica que dará inicio el próximo 7 de noviembre y se extenderá hasta la última semana del mes. “Estamos muy contentos de poder realizar esta cuarta edición. Nos complace poder traer grupos y espectáculos de otros países de la región, para el disfrute del público capitalino”, comentó.
De igual forma, mencionó que las obras que conforman el repertorio de este año poseen una alta calidad, al igual que los artistas que las representan. “Procuramos traer variedad de géneros y estilos, nuestro mayor objetivo es la creación de público. Es un gran esfuerzo que hacemos gracias al apoyo de la Cooperación Suiza. Por ello, ¡les invitamos a que no se la pierdan!”.
VI edición
En esta ocasión serán artistas de El Salvador, Costa Rica y, por supuesto, Honduras, los encargados de celebrar “Memorias de Centroamérica”, colocando sobre las tablas sus más afianzados montajes con historias llenas de drama, comedia y reflexión.
El encargado de abrir el telón será el Teatro Luis Poma, de El Salvador, que presentará la puesta en escena “Toc, toc”, cuyo libreto original pertenece al español Julián Quintanilla, esta vez bajo la dirección de Roberto Salomón. Según la trama, seis personas que sufren diferentes TOC (trastorno obsesivo compulsivo) se encuentran en la sala de un afamado psiquiatra. La ansiedad los traiciona con ideas de las que no pueden escapar, provocándoles miedo, nerviosismo y comportamientos repetitivos. El problema es que el avión que trae al doctor sufre un inesperado retraso.
La siguiente semana, la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica montará “La plancha”, dirigida por Zebastián Méndez Marín y producido por Rafa Ávalos. En esta se presenta la historia de una pareja de esposos que incorporan a su vida cotidiana a Marieta, una plancha de ropa que aprendió a hablar español escuchando música romántica. A través de ella se pretende cuestionar qué tan cierto es que sufrir y amar son inseparables, la inseparatibilidad de ambos significantes y su influencia en las nociones de ser hombre y ser mujer.
Dicen las abuelas y los abuelos que en otros tiempos se reunía la gente para contar y escuchar historias. Lo hacían para matar el tedio, para sanar el alma, para seguir soñando y no perder la costumbre de convivir; muchas de esas historias siguen vigentes. “Nusiwapiltzin” es otra obra salvadoreña que muestra un acercamiento a ese mundo mágico, donde personajes misteriosos y sobrenaturales cobran vida a través de una familia.
Fue creada por las actrices Natalia Müller, Ana Cortez y Tania Ramos, y ha sido dirigida por los maestros Homero López y Mauricio González Nieto. En esta ocasión es traída a Honduras por Las Tres Prietas Teatro.
Cierre local
El cierre de la muestra correrá a cargo de los anfitriones. Teatro Memorias traerá de vuelta “La ronda”, una adaptación de Tito Ochoa al libreto del alemán Arthur Schnitzler. La obra consta de 10 escenas en las que se intercalan los personajes en diferentes situaciones eróticas y sexuales, demostrando y desnudando la hipocresía social de la época. En esta versión se han cambiado los diálogos y algunos personajes, enraizando la propuesta en nuestra realidad sociocultural, es decir, una ronda a la hondureña.
