Tegucigalpa, Honduras
Una gran consternación invadió este sábado la aldea Hoya Grande de Morocelí, El Paraíso, durante el entierro de la menor centalista Rebeca Abigail Torres.
La menor de edad desapareció desde el miércoles luego de asistir a una fiesta a la que fue invitada, supuestamente, por una compañera de clases.
Ella salió ese día acompañada por cinco compañeros rumbo a la colonia Tiloarque.
Los jóvenes abordaron un bus de la ruta Carrizal-UNAH y cuando transitaban por la colonia Centroamérica Este, la unidad fue interceptada por individuos que los bajaron a la fuerza. Sin embargo, horas más tarde los demás jóvenes fueron liberados.
El padre de la menor denunció que en el colegio está la autora intelectual de la muerte de su hija, quien la engañó. A su vez el adolorido padre exigió justicia a las autoridades.
Cruel asesinato de menor
La joven fue asesinada a pedradas y murió el mismo día del rapto, por lo que al momento de encontrarla su cuerpo estaba descompuesto. En la dantesca escena habían piedras alrededor manchadas de sangre.
Los padres de Rebeca quedaron destrozados al llegar a la escena del crimen y ver a su hija sin vida. El cuerpo de la víctima fue llevado este sábado en horas de la madrugada a la aldea de Morocelí.
Escenas de dolor en entierro
Unos 250 pobladores de la aldea acompañaron a la familia Velásquez-Torres para darle el último adiós a la joven Rebeca Abigaíl Torres, quien fue brutalmente asesinada en la capital.
El llanto de sus padres se unió al de sus primos, tíos y amigos, quienes ahora reclaman justicia por la muerte de su pequeña de 15 años.
La adolescente cursaba el octavo grado de ciclo común en el Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC) y vivía en la colonia El Pedregal.
El cuerpo sin vida de la joven fue encontrado el viernes en una hondonada del anillo periférico, a la altura de Altos de la Fuente, tras dos días de haber sido raptada.
“¿Por qué me dejaste? ¿Por qué, Dios, te la llevaste? ¿Por qué te fuiste? Dios, no puedo con este dolor”, gritaba su adolorida madre minutos antes de sepultarla.
Al momento del entierro, decenas de globos fueron alzados al aire como símbolo de paz. Por su parte, el pastor Alfonso Varela pidió a los padres de la jovencita estar en paz ya que Dios se encargará de hacer justicia.
Dolor
A través de las redes sociales, decenas de personas expresaron su pesar por el crimen cometido contra la estudiante y exigieron justicia para los responsables del crimen.
Las personas cercanas a la joven la describieron como una excelente estudiante, una chica alegre con muchos sueños y metas por cumplir.
Sin embargo, esos sueños quedaron truncados por culpa de los malhechores que violaron y asesinaron a la joven.