COMAYAGÜELA, HONDURAS.-Con la responsabilidad de llevar el pan de cada día a su hogar, salió de su casa con rumbo al mercado Zonal Belén, pero nunca llegó a su lugar de destino.
Al joven comerciante en pequeña escala, Edras Renán Portillo García, de 32 años de edad, con domicilio en la colonia Las Mercedes, su familia lo encontró muerto en una mesa para autopsias en la morgue del Ministerio Público.
“Él se fue de la casa en la madrugada porque iba a comprar papayas a los camiones que llegan al Zonal Belén; iban a ser las 3:00 de la mañana”, dijo doña Osiris Reyes, compañera de hogar de Edras Portillo.
Edras Renán tenía un pequeño puesto de venta de frutas en el mencionado mercado y la noche del lunes decidió que el martes se levantaría muy temprano para comprar un pequeño flete de papayas a los productores que las vienen a vender desde el interior
del país.
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Presumen que fue por asaltarlo
“Llevaba el dinero para comprar las frutas y un celular que era mío, a saber si sería por asaltarlo que le hicieron esto”, manifestó doña Osiris Reyes.
Sus familiares se preocuparon al ver que el muchacho no se comunicaba con nadie y tampoco había regresado a la casa, como estaba planeado. “Él sólo iba a comprar las frutas y a dejarlas en el puesto, y después se iba a regresar para la casa, para venirnos juntos”, explicó su esposa.
Sin embargo, el joven no daba señales de vida por ningún lado. Le marcaron al número de celular que andaba en ese momento y tampoco respondía las llamadas.
Sin nada que les diera una orientación de su paradero, después de buscarlo en las estaciones policiales cercanas al Zonal Belén, decidieron ir al último lugar, el menos pensado, la morgue del Ministerio Público.
Luego de ser atendidos en esa oficina médico legal y del reconocimiento facial que tuvieron que realizar sus parientes, a eso de las 12:00 del mediodía, constataron que en efecto, Edras Renán había sido asesinado. El llanto se apoderó de su compañera de hogar y de varios de sus deudos, al recibir la inesperada y dura noticia.
El ahora fallecido residía desde hace siete años en la colonia Las Mercedes, de Comayagüela, junto a Osiris Reyes, pero eran muy conocidos y nunca habían tenido problemas con nadie, aseguró su familia.
Era originario de la aldea Los Araditos, en el municipio de Orocuina, Choluteca, pero desde hace algunos años se había radicado en la capital, para poder salir adelante. Era padre de un niño de tres años de edad y ayer sus restos mortales fueron trasladados hasta su
natal Orocuina.