Juan de Dios Flores nació y creció en el municipio del sur del país y ahí envejeció. Según sus familiares, sufría una enfermedad mental que le hacía olvidar las cosas y lo llevó a vivir y dormir en las calles, alimentándose de lo que ellos le daban o de la buena voluntad de los vecinos.
Sin embargo, según ellos, su inocencia lo condenó a la muerte, pues hace algunos días ingresó al terreno de un ciudadano italiano que tenía un jardín al que cuidaba meticulosamente. El hombre de 76 años habría intentado tomar una flor de su propiedad y ese sería el detonante para desatar la ira del extranjero.
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Según José Ananías Méndez, hermano de Juan de Dios, el europeo de nombre Giorgio Scanu amenazó con matar a su pariente y hasta lo persiguió por el pueblo.
'Nosotros denunciamos al italiano porque mi hermano le cortó unas flores y él dijo que lo iba a matar, lo anduvo persiguiendo con un bate y después mi hermano desapareció, ya a las horas lo encontramos muerto', relató Méndez.El crimen de Juan de Dios ocurrió el martes 7 de julio y conmocionó a la comunidad. Unos aseguran que le tenían cariño y otros simplemente expresaron que se hartaron de los pleitos protagonizados por el italiano, quien al parecer ya había agredido a otros dos hondureños.
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El entierro
El miércoles, familiares y vecinos enterraron los restos de Juan de Dios Flores en el cementerio General Santa Ana de Yusguare, hasta donde llevaron flores, coronas y una sencilla cruz con la inscripción: 'Juan de Dios Flores 03-08-1944/ 07-07-2021'.Tras una despedida simbólica, depositaron el ataúd en la tumba y procedieron a sellarla con una plancha construida con bloques y cemento, sobre la cual se dejaron los arreglos florales y se afianzó la cruz con sus datos.
El segundo asesinato
El dolor y la impotencia fueron transformados en enojo e indignación y llevaron a muchos a cometer la barbarie que sucedió después.Tras darle sepultura al adulto mayor, algunos pobladores emprendieron la ruta hacia la vivienda del presunto homicida y armados con palos, piedras y machetes lo golpearon hasta quitarle la vida.
El brutal ataque no solo quedará en las mentes de quienes presenciaron el atroz hecho, sino de toda la población, pues los victimarios se tomaron el costo de grabar y difundir el suplicio del italiano.
Las autoridades hondureñas han dado captura a al menos cinco sospechosos de quitarle la vida, aunque según su mismo reporte, la turba habría estado integrada por al menos 600 personas.
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