Los rayos del astro rey que se colaban por los arboles que rodean al centro de menores Renaciendo traían consigo la antesala de lo que sería en pocos minutos se volvería una batalla campal.
El reloj, que en este centro de rehabilitación pareciera transcurrir más lento de lo normal,
marcaba las 6:30 de la mañana. Era la hora de caerle con un operativo sorpresa a los menores infractores que se encuentran recluidos en el lugar. Sin embargo ese sería solo el comienzo de minutos de zozobra y pánico.
Con gas lacrimógeno, disparos y refuerzos policiales fue controlado un motín que protagonizó la mañana de ayer un grupo de mareros internos de Renaciendo, ubicado en el valle de Támara.
La revuelta dejó el saldo de un menor herido de bala, así como tres lesionados por el lado de los revoltosos y cuatro agentes por el lado de la Policía, según confirmó una fuente oficial.
Los amotinados también ocasionaron daños materiales incalculables en las instalaciones. Los mismos son investigados por técnicos del Cuerpo de Bomberos y autoridades de otras instituciones.
Asimismo, tuvieron como rehenes a varios empleados del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa) y personal de organismos defensores de los derechos humanos, de acuerdo a lo revelado por un oficial de la Policía Nacional.
El motín se originó después del
operativo realizado por policías penitenciarios en el hogar Amor y Paz, que alberga a 38 miembros de la “Mara 18”.
En el recinto incautaron un artefacto explosivo, armas cortantes hechizas, teléfonos celulares y otros objetos de uso prohibido.
Para controlar la situación fue necesaria la movilización de unos 100 elementos, entre policías penitenciarios y preventivos.
También se presentaron siete elementos del Cuerpo de Bomberos en dos unidades contra incendios, así como paramédicos de la Cruz Roja para atender cualquier emergencia que pudiera registrarse.
A la institución llegó el director del Ihnfa, Felipe Morales, así como fiscales del Ministerio Público, personal de organismos de derechos humanos y el titular de la Dirección de Servicios Especiales Preventivos, comisionado Óscar Ismael Colindres, entre otras autoridades.
Revuelta en Renaciendo
Alrededor de las 6:30 de la mañana, policías penitenciarios realizaron una requisa en el hogar de los mareros que terminó con el decomiso de varias armas blancas hechizas, un artefacto explosivo C-4 y otra variedad de objetos prohibidos.
El decomiso causó el malestar de los mareros, quienes tomaron el control del centro dejando como rehenes a representantes del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh), a consejeros del Ihnfa y a otros empleados, según reveló un oficial de policía.
El instinto violento del grupo de internos los llevó a incendiar el inmueble donde funciona la administración y otras dependencias del centro de rehabilitación.
Un pelotón conformado por 30 policías se movilizó de inmediato con el fin de recuperar las instalaciones y en un confuso incidente se reportó un herido de bala por parte de los menores.
El herido fue trasladado a un centro hospitalario capitalino a recibir la asistencia médica oportuna, mientras que elementos del Cuerpo de Bomberos llegaron con el fin de sofocar el fuego, pero no lograron ingresar debido al problema.
El ambiente de tensión que se vivió obligó a las autoridades penitenciarias a solicitar más refuerzos policiales, así como la presencia de fiscales del Ministerio Público y funcionarios judiciales para poder ingresar a las instalaciones.
Antes de abrir los portones con herramientas, la Policía se vio obligada a utilizar gas lacrimógeno para someter a la impotencia a mareros que se encontraban en los techos armados con piedras, tubos de metal y palos.
Durante varios minutos los privados de libertad que se encontraban arriba del techo lanzaron piedras en contra de sus demás compañeros menores.
En la zona acordonada por policías se escucharon varios disparos, sin que se registraran daños humanos que lamentar.
Alrededor de las 9:40 de la mañana, varios policías preventivos y penitenciarios lograron subir al techo donde aún quedaban dos mareros, los sometieron a la impotencia y así quedó controlada la situación.
Tres de los menores fueron trasladados a la capital con lesiones leves a recibir asistencia médica.
Mientras tanto, fiscales, bomberos y policías ingresaron a realizar una inspección para evaluar los daños ocasionados por los protestantes.
El señor Julio Lagos, presidente de la Seccional 1 del Sindicato en Tegucigalpa, dijo que los conflictos son permanentes debido al hacinamiento y porque no hay un control ordenado para manejar a los jóvenes por su problemática.
Por su parte, el director del Ihnfa confió que tomarán medidas en conjunto con la Fiscalía y con autoridades judiciales, pero también debe involucrarse el sector público completo.
En relación al origen de la revuelta, las autoridades manejaron dos hipótesis: una fue el malestar por el operativo y la otra es que los mareros aprovecharían el motín para saltar al Centro Sagrado Corazón, que alberga a menores del sexo femenino, para matar a una niña que, supuestamente, rindió declaración contra otros mareros.
Este es el tercer amotinamiento realizado por los jóvenes
antisociales en el centro.