Sucesos

Al punto de la Torocagua llegan a matar a taxista

Los usuarios de ese punto de taxis describieron a don Reynaldo como una persona respetuosa, servicial y amable, muchos se solidarizaron con los familiares y compañeros.

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31.05.2014

Tegucigalpa, Honduras

Salió de su casa a las 6:00 AM, luego de desayunar se despidió de su esposa y sus cuatro hijos, sin pensar que sería el último beso que les daría.

Reynaldo David Cerrato (55), originario de Santa Ana, Francisco Morazán, y residente en la colonia Nuevos Horizontes en Comayagüela y quien desde hace varios años trabajaba como taxista en el punto que cubre la ruta Torocagua-Centro, fue ultimado ayer.

Eran las 11:20 AM cuando el ruletero se encontraba estacionado en el punto, en la entrada de la mencionada colonia, cuando se le acercaron dos sujetos que sin mediar palabras le comenzaron a disparar.

En un intento de salvarse, puso en marcha el carro y se cruzó el carril que conduce del norte con dirección al centro, atravesó la mediana e impactó con otro vehículo que le permitió detener la marcha.

El otro conductor, al ver que los dos sicarios corrían hacia el taxi, se fue del lugar por temor, según el testimonio de las personas que se encontraban en el lugar.

Al verificar que había muerto, los sicarios abordaron un vehículo negro, tipo turismo, sin placas y huyeron con dirección a la colonia Policarpo Paz, según uno de los agentes que se presentó en la escena.

Un uniformado dijo que recibieron la llamada de que se había registrado un accidente, por lo que se dirigieron al lugar, pero al llegar constataron que se trataba de un asesinato.

Socorristas del Cuerpo de Bomberos se presentaron en el lugar para brindar los primeros auxilios pero el ruletero ya había muerto.

En el punto de taxis, los técnicos de Inspecciones Oculares contabilizaron seis casquillos de arma automática.

Drama

Al conocer del repudiable crimen, los compañeros del ruletero se presentaron en la escena y entre lágrimas lamentaron la inseguridad que se vive en el país y de la cual los trabajadores del transporte son víctimas.

Pasado unos minutos llegaron los hijos del ahora occiso, quienes no pudieron ocultar su dolor e impotencia al ver el cuerpo sin vida de su padre recostado sobre el asiento del pasajero.

“Papito, ¿por qué a usted?”, se preguntaban mientras eran controlados por otros familiares y los compañeros de su padre.

“Si quieren que me maten a mí también, estoy maleado yo”, dijo entre lágrimas otro de los taxistas.

Un pariente del infortunado taxista lamentó que las víctimas de la violencia son personas trabajadoras que se levantan de madrugada para poder trabajar.

“Pagamos el impuesto de guerra y aún así nos pasa esto, deben investigar bien”, dijo uno de los ruleteros.

Cámaras de seguridad

Uno de los postes del tendido eléctrico que se encuentra frente al lugar donde fue asesinado el taxista tiene dos cámaras de seguridad, por lo que los amigos y familiares tienen la esperanza de que los responsables sean capturados lo más pronto posible al ser identificados.

En los últimos tres años, más de 150 taxistas han sido asesinados en el país, los crímenes se registran con mayor incidencia en el Distrito Central y en San Pedro Sula. La gran mayoría está en la impunidad.

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