TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La búsqueda de una pareja y un taxista se elevó a alerta amarilla, luego de su misteriosa desaparición desde el pasado sábado 8 de abril de Semana Santa, cuando salieron desde Tocoa, Colón, hacia San Pedro Sula, al norte de Honduras.
Los desaparecidos son Samuel Rubio, su esposa Fabiola Chávez y el taxista Geovany Acosta.
Según el informe preliminar, la pareja se conducía en un vehículo pick up de color gris, el cual venderían en San Pedro Sula, para luego viajar a España.
El conductor de taxi se conducía atrás de ellos, pues sería él quien los guiaría en la ciudad industrial y posteriormente los llevaría al Aeropuerto Internacional de Palmerola para emprender su viaje.
Sin embargo, las horas pasaban y los familiares de las tres personas no volvieron a tener comunicación con ninguno de ellos, por lo que alertaron a las autoridades sobre lo ocurrido y supuestamente ofrecen una recompensa de 100 mil lempiras por información que de con su paradero.
Las autoridades informaron que las primeras investigaciones indican que ninguno de los desaparecidos ha salido del país, aunque existe el riesgo de que hayan podido hacerlo por medio de puntos ciegos, por lo que se mantiene en una intensa búsqueda.
Cualquier persona que tenga información sobre los desaparecidos puede comunicarse al 9613-6975, 3204-8190, 9955-9020 y 9400-2240.
¿Qué significa la alerta amarilla?
Según la página oficial de la Interpol, una notificación amarilla es una alerta policial mundial sobre una persona desaparecida. Se publica para localizar a víctimas de rapto por uno de los progenitores, retenciones (secuestros) o desapariciones inexplicables.
Estas notificaciones son un valioso instrumento para las fuerzas del orden porque pueden aumentar las probabilidades de localizar a una persona desaparecida, especialmente si existe la posibilidad de que viaje de forma voluntaria o involuntaria al extranjero.
En alerta amarilla también se encuentra el caso de la joven Angie Peña, quien desapareció en Roatán, Islas de la Bahía, luego de que paseaba en una moto acuática por el mar en enero de 2022, así como el caso de Belkys Molina, desaparecida en Intibucá en julio del año pasado.