Una pelea entre bandas criminales es la hipótesis más fuerte que maneja la Policía en torno a la masacre que dejó cinco muertos la mañana del lunes entre las colonias La Haya y El Pedregalito, en Comayagüela, informó una fuente oficial.
Alrededor de las 10:00 de la mañana se produjo una fuerte balacera con fusiles y otro tipo de armas automáticas entre falsos policías que se conducían en una camioneta Nissan Pathfinder y ocupantes de un pick-up marca Mitsubishi Sportero, color gris, con placas PCU-6856.
En el nutrido tiroteo fallecieron tres hombres, entre ellos uno de los falsos policías, un empresario de transporte de carga, un guardaespaldas, una estudiante de secundaria y una humilde vendedora de frutas que transitaba por el lugar.
El enfrentamiento armado se produjo cuando el pick up gris circulaba por una calle de tierra que conecta al mercado zonal Belén con la colonia El Pedregalito.
En el sector conocido como El Guanacaste fue interceptado por la camioneta, de la cual se bajaron cinco hombres armados con fusiles, chalecos antibalas y gorros pasamontañas, quienes comenzaron a disparar, lo que desencadenó un cruce de fuego.
Tres cuerpos quedaron tendidos en una calle de tierra, al lado de La Haya, uno en el vehículo y otro sobre el pavimento de la vía que conecta El Pedregalito con la San Francisco.
En la escena del crimen quedaron más de 100 casquillos de fusil, de pistolas 9 milímetros y calibre 40, informó una fuente policial. La escena del crimen se tornó dramática luego de que parientes de tres de las víctimas se presentaron y comenzaron a llorar al ver los cuerpos.
Tras el crimen, las conjeturas comenzaron y el crimen se convertía en un rompecabezas que apuntaba hacia un pleito entre bandas por el control del narcomenudeo en la zona de los mercados.
EL HERALDO supo, en primera instancia, que el ataque era dirigido contra la joven estudiante, con el afán de golpear a un hombre conocido como el “Cabo Molina”, de quien se dice era el sucesor de Juan Osorto o Héctor Amador Portillo, alias el “Gato Negro”, quien fuera el jefe de la principal banda de narcomenudeo en la capital, hasta su muerte violenta en abril de 2010.
Dolientes y las autoridades competentes que realizaron el reconocimiento legal identificaron a las víctimas mortales del tiroteo que generó un ambiente de zozobra entre los moradores de la zona
Rubén Asdrúval Barahona
El conductor del pick-up se presume era Rubén Barahona, quien tenía su domicilio en la residencial Las Uvas.
Se informó que era propietario de un lote de 20 camiones de carga en los que se dedicaba a la distribución de producto de una empresa panificadora.
Familiares confirmaron que era nieto de un empresario del transporte interurbano que cubre la ruta hacia Olancho.
El cuerpo quedó tendido en la calle de tierra con varias heridas de bala y a su lado un arma de fuego tipo pistola.
Según relatos, un amigo le pidió el favor a Barahona Valladares de ir a recoger a la joven estudiante al colegio que está cerca de El Pedregalito.
Bessy Canales Martell
La menor, de 17 años, era estudiante de la carrera de Bachillerato en Ciencias y Letras en el Instituto Joshua, ubicado en el bulevar del Norte, colonia El Pedregalito.
Trascendió que esta joven es hija de Óscar de Jesús Canales, cuñado del sujeto conocido como el “Cabo Molina”.
Molina, de quien se dice era de los hombres cercanos al “Gato Negro”, fue acribillado anoche en la residencial Villa Bertilia, de Choluteca.
La joven Bessy Canales también era sobrina de la comerciante Cándida Rosa Canales Canales, acribillada el 29 de noviembre de 2011 en el mercado zonal Belén.
Con ella son, por lo menos, cuatro miembros de la misma familia que han perdido la vida en forma violenta, según datos extraoficiales.
El cuerpo de Bessy Canales quedó en el asiento trasero del Mitsubishi Sportero, con varios impactos de bala en su cuerpo.
German Geovany Amador
Otra de las víctimas fue identificada como German Amador, de entre 25 y 30 años.
El ahora occiso tenía el rostro cubierto con un gorro pasamontañas, así como un chaleco antibalas con el logo de Policía de Tránsito que, según una fuente oficial, estuvo asignado en el 2010 a la Jefatura de Tránsito en Yoro.
El cadáver quedó tirado en el lado derecho del pick-up gris con varias heridas de bala.
La versión que conoció la Policía es que sus compinches recogieron el arma de fuego que portaba y se la llevaron.
Johny Jeremías Salgado
Este es el supuesto guardaespaldas del empresario Rubén Asdrúval Barahona Valladares.
Según lo investigado por la Policía, era un exagente del Comando de Operaciones Especiales (Cobras) que había sido separado.
Según dolientes, tenía poco tiempo de trabajar con Barahona Valladares, por lo que desconocían el lugar donde tenía su domicilio. Él cayó abatido a balazos sobre el pavimento en la calle que conduce del Instituto San Francisco a El Pedregalito.
María Magdalena Durón
Otra víctima inocente es María Durón, de 31 años, una humilde vendedora de frutas, con dos meses y medio de embarazo, según dijo un doliente. Deja tres hijos en la orfandad y residía en la colonia Santa Cecilia, sector de El Carrizal.
Ella transitaba por el lugar junto a su compañero de hogar Josué Ángel Zúñiga y una niña de 10 años, cuando se registró el intercambio de disparos. Padre e hija lograron sobrevivir de milagro y salieron ilesos.
Sin poder contener el llanto, Zúniga relató que su compañera de hogar tenía muchos años de dedicarse a vender en el sector.
Aseguró que unos cinco encapuchados se bajaron de la camioneta negra y comenzaron a disparar.
Persecución policial
Tras recoger el arma de fuego que portaba su compinche fallecido, unos cuatro falsos policías huyeron en la camioneta, mientras que la Policía inició una intensa búsqueda en la zona.
Minutos más tarde, el automotor fue localizado por dos policías motorizados de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT) en el anillo periférico, tras colisionar con otro carro, por lo que iniciaron una tenaz persecución.
Los malhechores se desviaron por la calle de la Israel Norte en dirección a la colonia 21 de Febrero. A la altura de la colonia La Soledad, la camioneta cayó en una cuneta, por lo que se bajaron y escaparon.
El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Julián Hernández, confirmó que en el interior del vehículo se encontraron cuatro fusiles R.15, tres chalecos antibalas y dos pistolas 9 milímetros, entre otras evidencias.
Dijo que, según las investigaciones, el auto está relacionado con el asesinato de las cinco personas. “Las informaciones que nosotros tenemos, la Policía Nacional, hasta este momento, estamos hablando de que podría estarse tratando de peleas entre bandas”, expresó.