TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La reducción de homicidios en el país es una realidad, principalmente en las ciudades donde el número de casos siempre ha sido elevado.
La capital de la República es uno de los ejemplos. Desde el jueves 26 de marzo que se registró una muerte violenta en vía pública, no se supo de más homicidios sino hasta la noche del lunes 30 de marzo.
Más de cuatro días sin presentarse un evento similar era utópico hace unas semanas en el país. Esta situación radica en el condicionante de aislamiento y toques de queda promovidos por el gobierno, con el fin evitar contagios masivos de Covid-19.
Así lo han reconocido las propias autoridades de la Secretaría de Seguridad, al señalar que la baja de los homicidios en el territorio nacional está ligada a las restricciones de circulación.
Para el caso, en la capital la última muerte en circunstancias violentas tuvo lugar en la colonia José Arturo Duarte de Comayagüela.
Este hecho fue registrado entre las 6:15 y 6:30 de la tarde del jueves. Ahí fue ultimado con arma blanca Adolfo Arturo Pérez Centeno, de 57 años de edad, de oficio electricista. Fue hasta la noche del lunes que las calles capitalinas volvieron a saber de violencia de este tipo.
En la colonia San Juan del Norte, sicarios acribillaron a disparos a un joven, aprovechando la soledad y oscuridad de la noche.
El fallecido respondía en vida al nombre de Mauricio Rafael Jiménez Palomo, de 30 años de edad, quien fue ingresado a la morgue del Ministerio Público
