Con su féretro cubierto de rosas blanca, entre lágrimas, aplausos y abrazos consoladores de sus familiares, amigos, compañeros y pacientes fue sepultado este lunes el cuerpo sin vida del doctor José Ramón Solórzano.
Después de 25 días de agonía y luchando por su vida en una cama del Hospital Militar de la capital hondureña, el doctor Solórzano perdió la batalla debido al fuerte golpe que recibió de un vehículo que lo atropelló el pasado 15 de marzo en el bulevar Suyapa, mientras hacía ejercicio.
“El doctor no está muerto, él todavía vive en nuestros corazones”, expresaban los asistentes en el cementerio San Miguel Arcángel, donde fueron depositados los restos del médico nutricionista que marcó la vida de muchos hondureños.
Los aplausos de despedida para Solórzano no se hicieron esperar entre los presentes, quienes también recordaban las vivencias que pasaron con el doctor que logró recuperar sus autoestima y loa ánimo a luchar por verse bien.
Al entierro también asistieron sus colegas y los compañeros de trabajo, quien fue considerado como uno de los mejores nutricionistas de Honduras. Solórzano era tan efectivo en sus métodos de trabajo que incluso asistía a la pareja presidencial Juan Orlando Hernández y Ana García de Hernández.
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