TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En las afueras de la morgue de Tegucigalpa se apostaban los familiares de las víctimas de la matanza ocurrida el martes en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) y cada historia contada aumentaba la consternación en la población, pues hubo desde quienes perdieron a sus madres e hijas, hasta quienes vieron partir a más de un familiar, como es el caso de Ángel García.
García observaba cuando los parientes de su esposa se llevaron su cuerpo sin vida en un vehículo rumbo a Choluteca, en la zona sur de Honduras, pero él se quedó en la morgue, pues tenía que esperar información de dos de sus hermanas que también se cree estarían entre las víctimas.
El ciudadano dijo a El Heraldo que su esposa era Claudia Patricia Baquedano, de 35 años, quien forma parte de la lista oficial de 23 reclusas identificadas tras haber perdido la vida por arma de fuego o armas blancas. El total de fallecidas asciende a 46, pero como varias de ellas perecieron quemadas, identificar a la mitad ha sido un reto.
Precisamente en ese número de desconocidas se cree que estarían sus dos hermanas, quienes guardaban prisión desde hace seis años, tras haber sido capturadas injustamente, según García.
“Cayeron inocentemente, (como) cuando uno anda en la calle y la Policía le pide un registro y les pusieron droga”, dijo Ángel García, quien alegó que su esposa también fue recluida sin haber cometido delito alguno hace seis meses.
“Se ganaban la vida a diario vendiendo confites y aritos”, agregó.
Las hermanas del hondureño responden a los nombres de Fanny Yaneth García Ortega y Miriam Griselda García Ortega, quienes forman parte de la lista difundida esta tarde por el Instituto Nacional Penitenciario (INP) de posibles fallecidas, pero la cual está sujeta a confirmación por parte de Medicina Forense.
García lamentó que sus hermanas, de 20 y 25 años, presuntamente saldrían en libertad el próximo 1 de julio, luego de cumplir sus sentencias.