Tegucigalpa, Honduras
Un peritaje telefónico realizado por una experta del ramo concluyó que el joven Kevin Solórzano no se encontraba en la escena del crimen el día del asesinato del exfiscal Edwin Eguigure.
El informe presentado por una analista de investigación telefónica refleja que Kevin Solórzano y su amigo Luis Felipe Berríos intercambiaron tres llamadas telefónicas el 11 de noviembre, día en que ocurrieron los hechos.
La primera llamada se realizó a las 5:44:57 de la mañana, esta llamada tuvo una duración de 32 segundos. En ese momento el rastreo telefónico ubicó a Kevin frente a su casa de habitación en la aldea El Chimbo, Santa Lucía.
Una segunda llamada se realizó a las 6:14:29 de la mañana, tuvo una duración de 10 segundos, y ubicó al joven en la parada de buses de la zona.
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Sin embargo, la tercera llamada no pudo ser identificada por el sistema de rastreo de telefonía celular. Este análisis técnico se hizo con base en las señales emitidas por las antenas de telefonía celular instaladas en las zonas donde se originó la llamada y donde se recibió.
Originalmente trascendió que el crimen había ocurrido alrededor de las 6:00 de la mañana.
El martes pasado también se evacuaron los relatos de un testigo, un oficial de la Policía Militar de Orden Público que participó en la captura del universitario en noviembre de 2014 y un perito del laboratorio de balística, quienes fueron propuestos por el MP.
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Este último desvaneció la versión de la esposa del exfiscal Eguigure, María Auxiliadora Sierra, que sostiene que el arma que le apuntó a ella se enconchó y que por eso no la asesinaron.
“Era imposible que el arma se hubiera enconchado”, dijo el perito de balística.