Eran alrededor de las 11:30 de la noche del pasado martes cuando la tranquilidad que se vivía en el hogar fue irrumpido por el sonido de la muerte.
Cuatro hombres encapuchados llegaron a la vivienda para asesinar a balazos a una mujer y a su hija en la aldea Las Palmas, en Baracoa, Cortés, norte de Honduras.
Las víctimas respondían a los nombres de Carlota Oliva, de 56 años, y Maite Rosemari Oliva, de 22 años.
Los familiares de las ahora occisas dijeron que, según lo relatado por un pariente, a quien se le omite el nombre por su seguridad, a esa hora ingresaron a la vivienda cuatro individuos encapuchados y armados de pistolas.
Según se supo, los malvivientes llegaron a la vivienda en busca del compañero de hogar de Maite Rosemari.
Al ver que la persona que buscan no estaba en la vivienda, los delincuentes se fueron para el cuarto donde estaban las dos mujeres, a quienes les dispararon en varias ocasiones.
En la habitación también se encontraba un sobrino de Maite Rosemari, de cuatro años, a quien los malhechores le perdonaron la vida.
La persona que buscaban los malhechores había llegado a la vivienda a eso de las 9:00 de la noche y se había llevado al hijo que procreó con su compañera de hogar. Joel no regresó a la casa con su hijo esa noche.
Niño las halló muertas
El hallazgo de las víctimas se dio el miércoles a eso de las 7:00 de la mañana luego de que el niño a quien los malvivientes le perdonaron la vida llegó a una casa vecina a decir que doña Carlota y su tía estaban desmayadas.
A raíz de eso, los vecinos fueron al dormitorio y hallaron muertas a las dos mujeres.
Doña Carlota era ama de casa y Maite Rosemari esta semana iba a empezar a laborar como operaria en una maquila de Choloma, según sus parientes.
Tras el hecho sangriento, las autoridades comenzaron un proceso investigativo tomando declaraciones a los vecinos del lugar.