En un recuento final, las autoridades confirmaron la muerte de 18 privados de libertad asesinados a sangre fría en el interior del presidio mientras otros 16 se recuperan de varias heridas de bala.
Este hecho violento ocurrió a escasos días de una cadena de asesinatos en las promocionadas cárceles de máxima seguridad de Honduras.
Matanza
Pasadas las 4:00 de la tarde del viernes, presidiarios armados con pistolas 9 milímetros persiguieron y rociaron a balazos, como si se tratara de una cacería salvaje, a reos que se encontraban en diferentes módulos del centro penal de Tela, Atlántida.
Los ejecutores de la masacre penitenciaria salieron del módulo 8 y, en cuestión de segundos, se desplazaron por todo el recinto carcelario para atacar a sangre fría a reclusos que se encontraban en la cancha y en los módulos 2, 3 y 4.
Después de unos 25 minutos de balacera, combinada con ráfagas y detonaciones intermitentes, quedaron regados 18 cadáveres -10 en la cancha, cuatro en el módulo 2, dos en el módulo 3 y uno en el número 4-, mientras que 16 reclusos resultaron heridos en distintas partes del presidio.
Uno de los heridos relató que los reos armados pertenecen a la mara MS-13 y estos salieron del módulo 8 para asesinar a reos “pesetas”, exintegrantes de la pandilla 18, con quienes mantienen una pugna por el poder dentro de la cárcel.
Sin embargo, entre los reos asesinados hay individuos que no son “pesetas” y tampoco han integrado la mara MS-13 y barrio 18. Estos no lograron escapar porque los agarraron a quemarropa.
Familiares de Carlos Alberto Manzano (22), uno de los reos asesinados, informaron que “él, en días anteriores, había dicho que la situación dentro de la cárcel estaba fea por la pelea de poder dentro del presidio”.
“Nos están disparando a quemarropa”, le dijo un recluso a su mujer con quien hablaba por teléfono en el momento justo que comenzaron a disparar.
Algunos reos que se encontraban en las zonas atacadas lograron escapar cuando escucharon los primeros balazos y tuvieron la suerte de refugiarse en sitios que no estuvieron bajo fuego.
Uno de los que salió corriendo en medio de la balacera, según un reo herido, es el teniente retirado de las Fuerzas Armadas de Honduras Marco Tulio Regalado Hernández, quien cumple una pena en el presidio por el asesinato de Herminio Deras (29 de enero de 1983).
En las afueras del penal varios familiares y apoderados legales de los privados de libertad aguardaron hasta altas horas de la noche a la espera de información sobre lo ocurrido en el interior del presidio y las condiciones de los reclusos.
Incertidumbre
Aunque el ataque fue perpetrado en horas de la tarde fue hasta después de las 10:00 de la noche del viernes que las autoridades de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) confirmaron el asesinato de los 18 privados de libertad.
En tanto, los miembros de la recién conformada Comisión Interventora de los Centros Penales (militares y policías) se llamaron al silencio y hasta anoche comparecieron ante la prensa, 24 horas después del mortal ataque en la prisión.
Se comprometieron a reforzar las medidas en los centros penitenciarios para evitar que siga el derramamiento de sangre en el interior de los mismos.
La misma noche del viernes miembros de las Fuerzas Armadas y patrullas de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron al centro penal para tomar el control y comenzar las indagaciones.
En medio de una serie de inspecciones en el interior del penal, los agentes de la DPI encontraron al menos 10 armas de fuego, de acuerdo con las autoridades, que utilizaron los criminales para causar la masacre.
Las armas fueron encontradas en una especie de bolsas color negro ocultas entre las paredes del presidio. Además se encontraron municiones y drogas, según los reportes proporcionados por la Policía.
Casi de inmediato se confirmó la separación del director del centro penal, de quien las autoridades penitenciarias se rehusaron a brindar el nombre “por seguridad”, pues “hay que recordar lo que pasó con el compañero de Ilama, Santa Bárbara”.
Como parte de las acciones, este sábado se determinó reforzar la seguridad del centro penal y trasladar a las cárceles de máxima seguridad a varios reclusos, entre ellos los autores de la masacre del viernes.
Cuerpos
Los cuerpos de las 18 víctimas de la matanza fueron trasladados hasta las instalaciones de Medicina Forense en San Pedro Sula, donde se concentraron decenas de familiares de los fallecidos.En horas de la mañana al menos siete cuerpos fueron llevados a la instalación mientras que en horas de la tarde fueron ingresados el resto.
Los familiares de las víctimas se quejaron por la lentitud en la entrega de los cuerpos por parte del personal de Medicina Forense.
Hasta anoche, los familiares seguían en las afueras de la morgue a la espera de poder retirar los restos de sus parientes para darles cristiana sepultura en sus lugares de origen.