“Pedimos justicia porque mis hijos eran trabajadores”, exclamó la tarde de este jueves el padre de los dos jóvenes a quienes presuntos pandilleros asesinaron en la aldea El Marillal, de la ciudad de Choluteca, zona sur de Honduras.
Los familiares de las víctimas llegaron este día a la morgue de la capital de Honduras para reclamar los restos mortales de los hermanos Javier Osorto y Santos Osorto, ambos hallados muertos el miércoles a la orilla de la quebrada El Cubero, de la aldea antes mencionada.
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Con las fotografías de sus vástagos en sus manos, Santos Leopoldo Osorto, pidió a las autoridades encontrar a los responsables del hecho, a quienes supuestamente malhechores que operan en la zona ya habían amenazado.
“Estamos pidiendo justicia sinceramente, porque mis hijos eran trabajadores”, reiteró el progenitor de las víctimas.
El acongojado padre recordó que había enviado hace cuatro meses a los jóvenes a Choluteca para que trabajaran con su padre, sin saber que algo así les iba a pasar.
Asimismo, recordó que Javier Osorto había estado 15 días en los Estados Unidos, pero fue deportado por las autoridades de inmigración, por lo que se fue a El Marillal para trabajar la tierra, junto a su hermano y abuelo.
Los dos hombres fueron encontrados descalzos y atados de sus manos a la orilla de la quebrada El Cubero. Según los vecinos de la zona, ellos habrían sido ultimados el martes a esos de las 11:00 de la noche por varios desconocidos.