Tegucigalpa, Honduras
Un privado de libertad que los fines de semana gozaba del beneficio de preliberación perdió la vida de manera violenta la mañana del sábado en una calle de tierra a inmediaciones de la terminal de buses de la colonia Tiloarque, de Comayagüela.
La víctima fue identificada por las autoridades policiales y Medicina Forense del Ministerio Público como José Ángel Cabrera, de 45 años de edad, residente en la colonia Villa Nueva de Tegucigalpa.
De acuerdo a versiones preliminares de los agentes de investigación, el convicto salió de su residencia a comprar a los mercados, en donde fue raptado por supuestos integrantes de la banda Los Chirizos, quienes lo trasladaron a la terminal de buses, donde le quitaron la vida.
En el lugar de la escena del crimen, los agentes de inspecciones oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) contabilizaron alrededor de 20 casquillos de ametralladora AK-47.
Múltiples heridas
El cadáver del fallecido quedó tirado boca arriba en medio de la calle y presentaba múltiples heridas al igual que una extensa herida en el abdomen, lo que le produjo la muerte de forma instantánea.
Los investigadores realizaron las primeras averiguaciones para determinar quiénes son los responsables de haber cometido el crimen.
Mientras que el personal de Medicina Forense realizó el reconocimiento y luego el levantamiento del cadáver para trasladarlo a la morgue en calidad de desconocido porque no se le encontraron documentos personales y luego se procedió a practicarle la autopsia correspondiente.
Un privado de libertad que los fines de semana gozaba del beneficio de preliberación perdió la vida de manera violenta la mañana del sábado en una calle de tierra a inmediaciones de la terminal de buses de la colonia Tiloarque, de Comayagüela.
La víctima fue identificada por las autoridades policiales y Medicina Forense del Ministerio Público como José Ángel Cabrera, de 45 años de edad, residente en la colonia Villa Nueva de Tegucigalpa.
De acuerdo a versiones preliminares de los agentes de investigación, el convicto salió de su residencia a comprar a los mercados, en donde fue raptado por supuestos integrantes de la banda Los Chirizos, quienes lo trasladaron a la terminal de buses, donde le quitaron la vida.
En el lugar de la escena del crimen, los agentes de inspecciones oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) contabilizaron alrededor de 20 casquillos de ametralladora AK-47.
Múltiples heridas
El cadáver del fallecido quedó tirado boca arriba en medio de la calle y presentaba múltiples heridas al igual que una extensa herida en el abdomen, lo que le produjo la muerte de forma instantánea.
Los investigadores realizaron las primeras averiguaciones para determinar quiénes son los responsables de haber cometido el crimen.
Mientras que el personal de Medicina Forense realizó el reconocimiento y luego el levantamiento del cadáver para trasladarlo a la morgue en calidad de desconocido porque no se le encontraron documentos personales y luego se procedió a practicarle la autopsia correspondiente.
Uno de los agentes de investigación informó que en uno de los bolsillos del pantalón se le encontró una caja de fósforos y en su interior guardaba tres chips para teléfonos celulares.
La verdadera identificación del fallecido se llevó a cabo después de practicarle el procedimiento legal de dactiloscopia por parte de los técnicos del Ministerio Público, quienes determinaron que el cadáver pertenecía a José Ángel Cabrera.
Los agentes, tras averiguar los antecedentes del fallecido, supieron que estaba privado de libertad y que todos los fines de semana gozaba de preliberación.