San Pedro Sula. Los cuerpos de Maryuri Azucena Murillo Méndez de 25 años y José Carlos Dubón Hernández de 28 años, hondureños que fueron ultimados a balazos el 28 de julio en Tapachula, México, fueron sepultados ayer en esta tierra que los vio nacer, tras casi tres meses en los que sus familiares esperaban con ansias su repatriación.
La pequeña sala de velación de una funeraria sampedrana fue el lugar donde la familia y amigos dieron sus muestras de cariño a ambos compatriotas, cuyos cuerpos llegaron a eso de las 3:00 de la tarde del miércoles al aeropuerto Ramón Villeda Morales de La Lima, bajo la gestión de Cancillería hondureña.
Brian Murillo, hermano de Maryuri, consternado dijo que aunque es dolorosa la pérdida de su hermana y agradecen a Dios que el cuerpo de la joven ya esté en tierras carachas y que por fin podrían darle una despedida digna.
“Es doloroso, pero gracias a Dios su cuerpo ya está en el país y vamos a poder darle cristiana sepultura, que era lo que más queríamos para poder darles el último adiós”, dijo luego de manifestar que recordará a su hermana como una mujer alegre, dinámica, trabajadora, buena hija y hermana y de buenos principios.
“Ella era la que hacía reír a la familia”, recordó.Murillo lamentó el hecho, en la que su hermana y José Carlos hayan fracasado en su busca del sueño americano y que las autoridades mexicana aún no les den respuesta por sus muertes.
“Desconocemos cómo van las investigaciones y esto queda en las manos de Dios, ya que solo él sabe lo que pasó”, refirió al tiempo de mencionar que los otros cinco parientes que vivieron la pesadilla del ataque y que lograron sobrevivir son: Jefferson Manuel Benítez de 20 años, Cristian Benítez de 24 años, Blanca Martínez Pérez de 32 años, José David Benítez y una menor de seis años, ya se encuentran en Estados Unidos, luego de obtener el asilo político.