Islas de la Bahía, Honduras.- Muchas hipótesis han surgido luego de que el avión que se estrelló en el mar en Roatán no lograra estar ni un minuto en el aire, provocando la muerte de 12 personas.
La falta de mantenimiento fue denunciada por un amigo cercano del piloto Luis Araya, quien también falleció en el accidente. El allegado confesó que Araya no se sentía cómodo pilotando aeronaves de esa aerolínea porque, según él, no se realizaban las revisiones adecuadas.
La primera hipótesis que se maneja es que el accidente fue provocado por un desperfecto mecánico, lo que ha generado indignación entre las familias de las víctimas.
No obstante, el jefe de Navegación Aérea de Aeronáutica Civil, Carlos Padilla, afirmó que se han activado los protocolos para atender el accidente.
Explicó que, aunque la aeronave realizó un brusco viraje a la derecha antes de caer, la investigación seguirá su curso y el área del siniestro ha sido acordonada para un análisis más detallado.
Agregó que la empresa dueña del avión realizó una inspección el año pasado, en la que se determinó que cumplía con los requisitos y se le otorgó el permiso para operar.
Entre el 11 y el 14 de diciembre, la aeronave JetStream-32, matrícula HR-AYW, de la Línea Aérea Nacional de Honduras S.A. de C.V. (Lanhsa), fue inspeccionada y aprobada para continuar en funcionamiento.
Padilla confirmó que el avión tenía todos sus mantenimientos al día, aunque recalcó que la investigación sigue en curso.
Asimismo, reconoció que hubo un retraso en el despegue, aunque dijo desconocer los motivos. Sostuvo que abría que analizar qué tipo de retraso fue, pero “no creo que esto haya influido en el accidente”, expresó.
El funcionario también detalló que la aeronave realizó tres vuelos ese día: “Voló de La Ceiba a Puerto Lempira, regresó a La Ceiba y luego se dirigió a Roatán”. Sin embargo, al intentar regresar a La Ceiba, se estrelló.
“Ha estado en uso y ha tenido el permiso de Aeronáutica Civil”, aseguró Padilla. Agregó que el avión tenía alrededor de 15 años en circulación.