Así fue el traslado de los cuerpos de las amigas asesinadas en Roatán

Tras varias hora de espera luego del hallazgo de los cuerpos dentro de un automóvil, los restos de las tres amigas que fueron asesinadas en la isla de Roatán fueron trasladados a la morgue de San Pedro Sula, en el departamento de Cortés, para ser autopsiados.

Dentro de este carro tipo turismo fueron encontrados los cuerpos de las jóvenes: María Antonia Cruz, de 26 años; Dione Solórzano, de 25 y Nikendra McCoy, de 27 tras dos días desaparecidas, luego de salir a departir a una fiesta en la isla de Roatán, Islas de la Bahía, lugar donde vivían.

María Antonia Cruz era madre de tres niños de 8, 5 y 1 año de edad. Se dedicaba a labores domésticas.

Nikendra McCoy tenía un niño de 3 años y laboraba como guía en un canopy de la playa de West End, en la turística isla.

De su lado, Dione Solórzano, trabajaba en Alaska, Estados Unidos, gracias a un permiso de trabajo. Ella fue quien invitó a sus dos amigas a departir a una discoteca la noche del domingo 7 de enero de 2024.

Junto a ella iba su expareja, Gilbert Santiago Reyes Bermúdez, un estadounidense con el que procreó a su segundo hijo, de apenas tres años de edad. Él sería el sospechoso de los tres asesinatos, pues fue la última personas que estuvo con ellas.

Tras cometer el crimen, el hombre habría huido el lunes en un vuelo desde Roatán a Estados Unidos, según registros en poder de la Policía Nacional de Honduras. De acuerdo a los familiares de Dione, era violento y celoso.

El hallazgo del automóvil con los cuerpos fue reportado por los pobladores de un sector de Roatán, pues alarmados por el mal olor que emanaba el vehículo, llamaron a la Policía. Al llegar confirmaron que se trataba de un asesinato, pero como la isla carece de forenses, hubo que esperar hasta que personal de Tegucigalpa se desplazara a la escena.

Tras el levantamiento de los cuerpos, los mismos fueron llevados en una aeronave hacia San Pedro Sula, donde serán sometidos a la autopsia correspondiente para determinar las causas de muerte.

Después, los cadáveres fueron transportados en cajas herméticas, que fueron llevadas a la morgue a bordo de patrullas de la Policía Nacional.

A su vez, estas fueron escoltadas por más automóviles policiales en una pequeña caravana de seguridad.

De manera preliminar, el comisionado Miguel Martínez Madrid, portavoz de la Secretaría de Seguridad, dio detalles de lo descrito por los agentes que custodiaban la escena del crimen durante el levantamiento.

“A simple vista no se pudo encontrar rastros de sangre u orificios de arma de fuego o lesiones de corto punzante”, indicó.

Los familiares, que permanecieron en vela en el lugar donde se encontraron los cuerpos, no pudieron verlos, pues debido a la desoomposición y la magnitud del crimen, el caso se manejó con sumas medidas de seguridad.

Es así que los expertos deberán determinar cómo fueron ultimadas las tres jóvenes, cuyo crimen mantiene consternado al país.