TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Diversas circunstancias se conjuntaron para que por alguna razón u otra subieran al mismo vehículo que los llevaría a distintos lugares, sin saber que su corto viaje tendría un desenlace trágico y aterrador: una masacre.
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Convaleciente por una afección muy delicada, los cuatro hijos y los dos únicos hermanos de don Dionicio Aguilar Morales lo trasladaron desde su lugar de residencia en la aldea Corralitos, jurisdicción de Comayagua, hasta la ciudad de Comayagua.
Instalado en la clínica privada para que dentro de unas horas fuera intervenido quirúrgicamente, operación que estaba programada para el martes 7 de febrero; los hijos de don Dionicio y los dos hermanos de éste se retiraron del sanatorio para tomar camino nuevamente hacia su casa en Corralitos.
Antes de salir de la ciudad, Limber Joel, Henry Ismael, Carlos Humberto y Miguel Ángel, todos de apellido Aguilar del Cid, pasaron por el mercado junto a sus tíos paternos Ismael Aguilar Morales y José Aguilar Morales.
Su intención era comprar unos víveres para llevar a sus casas en Corralitos.
Por esas casualidades de la vida, los hermanos Aguilar del Cid y sus tíos se encontraron en el mercado con Hernán Domínguez y su yerno Edwin Anael Hernández Cálíx; estos últimos habían salido de una reunión de pastores evangélicos que tuvo sede en la ciudad colonial.
Edwin y Anael también se aprestaban a regresar a sus casas en las aldeas Los Toriles y Cantoral, respectivamente, comunidades que están en la ruta hacia Corralitos; el jalón estaba asegurado.
Los ocho hombres salieron del mercado aproximadamente a las 5:00 de la tarde del lunes y también les acompañaba Rosa Delia Canales Alemán, oriunda de Corralitos. Rosa Delia, una licenciada en educación superior, había ido ese día a la ciudad de Comayagua, a la oficinas de la Dirección Departamental de Educación, para notificarse de la plaza a la que fue asignada al aprobar el concurso docente.
Una lluvia de balas
Después de varios minutos de camino, alrededor de las 5:30 de la tarde, cuando el carro tipo pick-up, negro transitaba por una zona solitaria cercana al caserío La Brea, sujetos fuertemente armados lo interceptaron, obligando a José Aguilar a detener la marcha. Casi de inmediato los forajidos alzaron sus armas -que se presume eran fusiles- y comenzaron a acribillar el automotor y a sus ocupantes.
Por el estado de los cuerpos y la cantidad de disparos que recibieron, la dinámica del hecho criminal detalla que los sicarios remataron a sus objetivos, asegurándose de que no quedara nadie vivo.
A pesar de ello, Henry Ismael logró correr unos metros y aunque fue alcanzado por los criminales, estos no pudieron ultimarlo en el acto. El joven fue trasladado en estado grave al Hospital Escuela, en la capital, pero murió a eso de las 5:45 de la mañana del martes.
Testimonios
“Se graduó en el 2007 y trabajó en una escuela Proheco como seis años (Programa Hondureño de Educación Comunitaria). Hizo dos concursos antes pero hasta ahorita en el tercero pasó”, contó don José Canales, padre de Rosa.
Relató que “el marido (de Rosa) la llamó y ella le dijo que ya venía en camino, que no la fuera a encontrar”.
Rosa Canales era madre de dos niñas de 11 y 7 años, respectivamente.
Doña Julia Cálix, madre de Edwin Anael, recordó que su hijo salió de su casa en Cantoral, el domingo, para asistir a la reunión de pastores, pues él también era pastor al igual que su suegro Hernán. Hace 40 días la esposa de Edwin dio a luz a la primer hija del matrimonio.
“Mi hijo se fue con el Señor, mi hijo solo predicaba cosas maravillosas, mi hijo no era malo”, susurró entre lagrimas.
Por su parte, don Dionicio Aguilar dijo que sus hijos no tenían problemas con nadie. “Ellos solo se llevaban trabajando. Como yo caí enfermo, ellos me trajeron a la clínica, me dejaron en la clínica y de ahí se fueron”, narró.
El padre de los ahora extintos recordó que tras dejarlo en ese lugar le dijeron: “Papi, mañana vamos a venir y cuando acuerda, como a las 5:00 me llaman contándome la tragedia”.
Información a la que EL HERALDO tuvo acceso señala que el 12 de junio de 2022, sicarios asesinaron a Alex Antonio Zavala del Cid y Rubén Zavala, ambos primos de los hermanos Aguilar del Cid; ese hecho criminal ocurrido en Corralitos tendría conexión con la masacre perpetrada el lunes en La Brea, por lo que se presume que el principal móvil sería una venganza.
Investigaciones
El director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez, dio a conocer que a raíz de las investigaciones “tenemos identificado el móvil de esta muerte múltiple que se registró en el sector de La Brea, Comayagua”.
Detalló que “se han recolectado evidencias físicas en la escena del crimen y hemos perfilado algunos sospechosos, por lo que tenemos identificados a quienes participaron de manera material en la escena”.
Anoche la Policía Nacional ofreció una recompensa de 300,000 lempiras a quien brinde información verídica que lleve a la captura de los responsables del atroz crimen.
En la zona se realizan los procesos de identificación y diligencias científicas; para esto se desplazaron equipos especializados de investigación encabezados por el subdirector de la Policía Nacional, para capturar a los responsables del múltiple crimen.
Los restos mortales de los pastores Hernán y Edwin fueron retirados de Medicina Forense al mediodía del martes, mientras que los otros siete hasta en horas de la noche.