La capital es una zona de contrastes donde en ocasiones la calma y el miedo apenas están divididos por una franja imaginaria. Mientras en gran parte de las colonias del sur y centro-oriente de la ciudad los homicidios se mantienen en cero, en la periferia se desarrolla una espiral de violencia.
La primera hipótesis de los expertos es que la competencia de las maras por apoderarse de los territorios han hecho del Distrito Central un campo de batalla entre pandilleros, lo que ha provocado que se mantenga como el municipio más violento en lo que va del año, pese a la reducción parcial de homicidios.
Varios mapas sobre homicidios elaborados por la Unidad Digital de Innovación de EL HERALDO (UDIH) con datos oficiales de la capital reflejan una alta incidencia de muertes violentas en tres casos: en territorios en poder de mareros, en la periferia del norte y el oriente la ciudad y que el recurso policial todavía no es suficiente.
Maras + territorios = muerte
De enero a marzo del 2017 el Distrito Central registró 201 homicidios, según el Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol).
Al ubicar geográficamente cada muerte en un mapa de la capital -mediante el registro de Sepol-, y cruzarlo con otro de los barrios y colonias acechadas por las maras, se observa una clara concentración de crímenes mortales en estos lugares.
(Haz clic en los polígonos de colores para ver la colonia)
Hacer un corte con las zonas delimitadas para el Barrio 18, la Mara Salvatrucha y otras pandillas emergentes y excluir los casos fuera de este radar nos permite conocer que al menos 81 de 201 homicidios ocurrieron en estos sectores, es decir, casi el 40 por ciento.
No son datos concluyentes, pero resalta la cantidad de muertes violentas registradas en las fronteras y territorios en disputa por los mareros.
El informe del 2016 del Observatorio de la Violencia respalda que las muertes relacionadas a pandillas se ubican en los principales posibles móviles de este crimen en la capital, pero en casi la mitad de casos se desconoce una causa detrás del delito.
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Un norte caliente
A la guerra pandilleril se suman los homicidios causados por la delincuencia común y las riñas personales, que terminan por convertir a estas zonas como las más “calientes”, pese a la presencia policial que existe en estos sectores.
Para ser exactos hablamos de 28 regiones que destacaron por poseer la mayor cantidad de homicidios en el 2016, según datos del Observatorio de Violencia de la UNAH.
A la vez, hemos hecho un cruce de información con el mapa de las Unidades Metropolitanas de Prevención (UMEP) de la Policía Nacional, que son los cuadrantes en los que han dividido el Distrito Central para distribuirse la tarea de seguridad.
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En el entrecruzamiento de los datos se resalta que hay una concentración de comunidades violentas en la UMEP 2 (noroccidente de la ciudad) y la UMEP 4 (oriente).
En la Unidad Metropolitana del norte se contabilizaron 14 de los 28 lugares más violentos de la ciudad. Mientras que la UMEP 4 tiene vigilancia en siete sectores que han sido catalogados por tener el mayor número de homicidios.
(Haz clic en cada zona de color)
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Un repaso a este mapa sobre el despliegue de seguridad muestra que el número de policías por cuadrantes es muy similar, pero confirman que su distribución no corresponde al nivel de violencia.
La UMEP 2, por ejemplo, dispone de 448 agentes para resguardar a 395,066 habitantes. En tanto, la UMEP 3, con 387 uniformados, se encarga de la seguridad de 350,000 personas.
Aparentemente, el recurso humano no alcanza para combatir el flagelo de violencia que azota comunidades como el centro de Comayagüela, El Carrizal, Villa Nueva, Hato de Enmedio y La Kennedy, las cuales repiten en una o dos ocasiones en el listado de las más violentas del 2014 y 2015.
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En los mapas del 2014 y 2015 se repite el patrón de la concentración de lugares de alta incidencia en las fronteras o zonas en disputa por las maras, ejemplificados en este ocasión con puntos.
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