Tegucigalpa, Honduras
¿Hay algo más hermoso que la sonrisa de un niño? Basta con mirar el rostro del Víctor Zúñiga, de ocho años, para descubrir la respuesta a esta interrogante.
El pequeñín, que reside en la comunidad de El Ocotal, Talanga, fue diagnosticado con el síndrome de Guillain-Barré y recibió uno de sus mayores anhelos para movilizarse de manera adecuada: una silla de ruedas.
El aparato para personas con limitaciones físicas fue donado por las autoridades de la Asociación Capacitación, Educación, Producción Unificación, Desarrollo y Organización (CEPUDO) del Capítulo de Francisco Morazán.
“Esperamos que esta silla de ruedas sea de utilidad para que pueda trasladarse sin obstáculos”, manifestó Francis Wagui, presidenta de CEPUDO.
Una mano amiga
Los periodistas de EL HERALDO fueron el enlace para que el pequeño recibiera la ayuda solidaria y constataron el inmenso agradecimiento del menor ante el gesto solidario.
“Estamos agradecidos porque mi hijo ocupaba la silla de ruedas, bendecimos a quienes hicieron posible que ya pueda tenerla”, comentó Suyapa Zúñiga, madre del menor.
Pero todavía falta atender la necesidad de otra silla para otro de los hijos de doña Suyapa, se trata de César Zúñiga, de seis años, quien tampoco camina.
César padece de distrofia muscular y su movilidad también se encuentra limitada, por lo que una silla de ruedas será un recurso que le permita realizar actividades con mayor seguridad y trasladarse de manera óptima.
“Uno a veces se siente olvidado, pero siempre hay personas que nos brindan estos gestos de solidaridad y de amor, ahora sabemos que hay personas que nos manda Dios para ayudarnos”, expresó la señora mientras observaba a sus pequeños.
La familia al igual requiere de una cama matrimonial, pues donde descansan los niños y su madre está en condiciones deplorables.
Si usted desea extender una mano amiga a esta familia puede contactarse al teléfono de la sección METRO de este rotativo: 9940-0221. También puede llamar al teléfono 2236-6000, extensión 6874.
Le invitamos a experimentar la dicha de ser el pincel solidario de la sonrisa agradecida de estos hermanos.