TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El enemigo invisible sigue vivo, activo y cobrando vidas. En los hospitales cada vez hay más personas en lucha por ganarle la batalla a la mortal coronavirus. Sin embargo, la prevención contra el covid-19 no se refleja en las calles capitalinas, el comportamiento de los ciudadanos ha dejado de ser
el adecuado.
Las duras imágenes de hospitales abarrotados de pacientes que necesitaban de un oxígeno y los altos reportes de muertes a causa de la enfermedad en los meses críticos de mayo, junio y julio se han difuminado de la mente del capitalino. El confinamiento y el respeto a las medidas de bioseguridad mínimas ya no es tan marcadas como al inicio de la pandemia.
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Desde hace unas semanas, los ciudadanos están saliendo en masa a las calles y las medidas no son acatadas por al menos el 25% de la población, según los expertos. Solo una parte hace el uso correcto de la mascarilla, otros la portan de una manera errónea y otros ni la andan.
El tan necesario distanciamiento social tampoco es respetado. En las vías públicas se aglutinan más de 50 personas y en el transporte público no se cumple la cantidad admitida de pasajeros, la sobrepasan.
¿Se perdió el miedo al virus?
Para el doctor Harry Bock, titular de la Región Metropolitana de Salud (RMS), “el miedo lo perdimos desde hace tiempo porque aún con dos dígitos irrespetábamos la ordenanza”.
Manifestó que esto traerá consecuencias nefastas porque entre más gente circule, mayor contagio habrá en el municipio.
“Como región estamos preocupados porque después de las tormentas Eta y Iota, más la libre circulación y con el uso inadecuado de las medidas de bioseguridad nos espera un gran incremento en la incidencia de casos”, lamentó.
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La entidad sanitaria proyecta 50 mil casos para marzo del 2021, tomando en cuenta que solo el 75% de la población que anda circulando utiliza mascarilla y las 550 a 600 PCR que toman a diario.
“El hecho es que está bien que las personas circulen, pero que lo hagan responsablemente. Si usted no se cuida, usted se va a enfermar. Si usan la mascarilla adecuadamente en el ambiente necesario y con el distanciamiento físico, podría no contaminarse”, señaló.
El Distrito Central continúa en la fase de transmisión comunitaria, lo que significa que el virus está en toda la capital, la que ya acumula 27,237 casos.
Para el sociólogo Armando Orellana, la situación que se refleja en las calles es producto de una cultura del consumismo. “El proceso de alienación es muy fuerte y le vende la idea al ciudadano de aprovechar las ventajas del mercado, esto hace superar la idea del temor y el miedo a la pandemia.
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El ciudadano ha tomado conciencia en algunas medidas: mascarilla y lavado de manos, pero la actividad aumentará el riesgo”, dijo.