TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los capitalinos que superan los 30 años de edad recuerdan cómo la ciudad estuvo bajo un cielo gris y una constante lluvia que no dejaba de caer, durante los últimos días de octubre y los primeros días de noviembre de 1998.
Ese “chis chis” hizo que los ríos y quebradas que cruzan la capital se desbordaran y los altos niveles de agua destrozaron todo a su paso, causando que cientos de personas perdieran la vida, incluso muchas nunca fueron encontradas.
La próxima semana el huracán Mitch cumple 25 años desde su devastador paso por Honduras, y la capital aún enfrenta el reto de recuperarse ya que fue una de las ciudades que peores daños reportó.
¿Qué causó tanto desastre?
Se estima que durante el paso de este fenómeno por la capital cayeron más de 800 milímetros de lluvia en una semana, similar cantidad que se reporta durante el acumulado que deja todo un invierno.
Esta cantidad de agua detonó que el cerro El Berrinche activara su falla y se provocara un enorme deslizamiento que llegó hasta el cauce del río Choluteca, lo que generó un enorme dique.
Cuando comenzó el desastre, las instituciones del gobierno no estaban preparadas, lo que ahora es Copeco tenía dos años de creación y el Comité de Emergencia Municipal (Codem) se había formado hace tres meses.
“¿Qué se podía hacer para ese tiempo? No se tenía ni la experiencia ni el conocimiento para atender una emergencia de esa magnitud”, recordó Julio Quiñónez, coordinador del Programa de Adaptación Urbana al Cambio Climático.
Luego del fuerte impacto del Mitch se comenzó a fortalecer a las instituciones y tener una mejor inversión en proyectos de mitigación con apoyo de la cooperación internacional.
Una de las grandes obras, con ayuda del Gobierno de Japón, fue la ejecución del proyecto de estabilización del suelo de los cerros El Berrinche y El Reparto.
“Todavía nos hace falta, la ciudadanía debe tener la cultura para no contaminar. No tenemos memoria histórica para que contribuya a una cultura de prevención en la población”, enfatizó Quiñónez.
Sin embargo, el funcionario destacó que se ha crecido en la formación de organizaciones y leyes que permitan actuar para atender emergencias donde se involucra a todo el Estado.
Acciones actuales
En la actualidad, las autoridades de las Alcaldía Municipal han retomado la misión de reforzar en cada barrio y colonia el Comité de Emergencia Local (Codel).
Quiñónez expresó que en la actualidad muchos hondureños se han capacitado en los temas de prevención y con mano de obra local se pueden construir proyectos de mitigación en la ciudad, pero siempre con los fondos de la cooperación internacional.
“Hoy las obras las están diseñando y construyendo hondureños, cuando estas las hacían extranjeros”, explicó.
Para el caso con fondos de la Cooperación Alemana (KFW) se invertirán más de 761 millones de lempiras en obras de mitigación en al menos 44 sectores de la capital.
Los primeros proyectos en ser ejecutados serán las obras en el sector Los Jucos, en el barrio Morazán y además en la colonia Miramesí.
Para el geólogo y voluntario Aníbal Godoy, aún falta mucho para que el país esté preparado para estas emergencias.
“Pero ahora podemos saber con mucha anticipación sobre este tipo de fenómenos y las medidas que debemos tomar. Ahora las instituciones se deben preparar más luego de estas experiencias y tener fondos de emergencia para atender a la población”, recomendó Godoy.