TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El sonido de la música de la década del 80 lo relaja, mientras Kevin —el niño atrapado en un cuerpo de un adolescente — se sumerge en sus auriculares, sus ojos brillan, la radio lo calma y sus padres obtienen un respiro.
En su humilde morada, un pequeño televisor emite un capítulo de “Masha y el Oso”, las coloridas ocurrencias del programa ruso no lo cautivan. Mientras su hermano y primo ríen, él encuentra serenidad en el compás de 4/4 de Somebody’s Watchin’ Me, de Rockwell y Michael Jackson.
En su letra los artistas hablan de sentirse en “una dimensión desconocida”, casi en consonancia a la realidad de Kevin y su parálisis cerebral.
Mientras otros adolescentes realizan todo tipo de actividades el chico especial sigue en su mundo, en ocasiones el andar de Pavana, una tortuga de 11 años, logra dibujar sonrisas en su delgado y pálido rostro.
Ayuda
Para ayudas están las cuentas 012820128267 de Atlántida y 214370132095 de Occidente a nombre de Bayron Antonio Rodríguez y Jeimy Anabel Hernández, respectivamente, o comunicarse con EL HERALDO al 9747-2806.
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Aunque Kevin no puede jugar fútbol, reconoce el color azul y se emociona cuando escucha el nombre de Motagua y, por su capacidad especial, si no recibe sus medicamentos se agita, se descontrola y corre hacia la calle.
Hace más de una década, el agente de Policía Bayron Rodríguez y su esposa Jeimi Hernández recibieron la noticia del padecimiento de su hijo, la parálisis cerebral, disfunción cerebral y retraso psicomotor. Desde ese entonces inició la lucha sin límites, puertas se abrieron, otras se cerraron.
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Obstáculos
Bayron es policía desde hace 18 años, su salario es de 13 mil lempiras, sin embargo, con todas las deducciones al final del mes solo recibe cuatro mil.
En consecuencia, suplir las necesidades de su familia se convierten en una proeza como cabeza del hogar, pues su esposa no trabaja, porque debe atender al menor.
Pese a que su vida marcha cuesta arriba y con obstáculos, Bayron no se queja con la institución policial y se siente orgulloso de servir y proteger.
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“Gracias la Policía Nacional tengo un empleo, sé que el salario es poco, por eso ahora me rebusco con los mayoristas para ofrecer productos de mucha utilidad”, relató mientras encendía un pequeño foco de mano y después de acomodar el vendaje de su pierna.
Y es que ante la falta de vehículo propio, el agente pedalea una bicicleta para comercializar lápices y llaveros para cubrir las necesidades de Kevin, sin embargo, el jueves se accidentó porque el neumático trasero de su transporte estalló.
Marco Tulio Martínez, compañero de armas de Bayron, lo describe como un ser especial capaz de realizar un turno de 24 horas en la institución y convertirse en un vendedor informal en sus días libres.
“No tiene descanso, nosotros lo admiramos, siento nostalgia por él porque es difícil trabajar un día entero y después buscar ingresos extra”, manifestó. Para Martínez, Dios no da hijos así (especiales) a malos padres.
La primera mano amiga en decir presente en la campaña solidaria iniciada por este rotativo es la Fundación Javier (Funjavi).
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“En la parte de su desarrollo motor y de lenguaje se puede rescatar, necesita una asistencia personalizada, terapias y mucho estímulo, ahí llegaremos nosotros”, prometió Javier López, titular de la fundación.
La familia necesita fondos para costear las medicinas de su hijo. Para ayudas están las cuentas 012820128267 de Atlántida y 214370132095 de Occidente a nombre de Bayron Antonio Rodríguez y Jeimy Anabel Hernández, respectivamente, o comunicarse con EL HERALDO al 9747-2806.