TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los dos nuevos buses que circulan en la capital para realizar una prueba piloto, que llevará al rubro a “la modernización”, cuenta con nueva tecnología que aumentan las expectativas de los usuarios.
Y es que las unidades, con capacidad para más de 100 pasajeros, tienen un sistema de control de paso mediante cobro electrónico, GPS, botón de pánico y cámaras de vigilancia que son monitoreadas en tiempo real por el 911 y la Policía Nacional.
Pero uno de estos aparatos de videovigilancia tiene la capacidad de realizar reconocimiento facial, es decir, que mediante la grabación del rostro de la persona se puede identificar o confirmar su identidad.
Aun así, esta medida puede llegar a “chocar” con la normativa nacional que protege la imagen y el honor de las personas.
Tal como lo establece artículo 76 de la Constitución de la República que “garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal, familiar y a la propia imagen”; además del artículo 23 de La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Púbica que detalla el habeas corpus; en la misma ley, el artículo 24 advierte sobre la “sistematización archivos personales y su acceso” y el artículo 50 sobre la “prohibición de entrega de información”.
¿Cómo funciona la videovigilancia?
Wilmer Cálix, dirigente de transporte, explicó que los sistemas que tienen los buses son traídos desde el extranjero, para el caso, el cobro electrónico es de China y el bus es de México.
Cálix dijo que antes de instalar las cámaras en las nuevas unidades, se hicieron pruebas en los buses “rapiditos”.
“El sistema de vigilancia está enlazado hace meses, no se ha caído la señal, ya sabíamos cuanto ancho de banda necesitábamos por los estudios previos que habíamos realizado”, agregó Cálix.
Se tiene un enlace directo con la Policía Nacional, ya que en Casamata se instaló el monitoreo en tiempo real de todas las cámaras que están en los dos buses.
Y en un enlace entre la Policía Nacional y el Registro Nacional de las Personas (RNP) se tienen una base de datos donde se permite identificar a todas las personas que ingresan a la unidad.
A criterio de Hugo Maldonado, presiente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de Honduras (Codeh), aplicar estas medidas ayudan a reducir la delincuencia en un rubro que es muy afectado por la criminalidad.
“El reconocimiento facial se hace con todos aquellos a los que se le tiene un interés marcado con respecto a un asalto o que cometa un atentado, pero con los demás no hay ningún problema”, recalcó Maldonado.
Además, enfatizó que aplicar este tipo de medidas tecnológicas son una garantía que en estos buses se están aplicando mejor seguridad.“
Ahora las personas hacen videos aficionados con sus celulares y exponen o evidencias diferentes problemas. La tecnología nos ayuda, pero en otros casos no.
Estas cámaras en los buses son en medida de persuasión y garantía para evidenciar un posible hecho que se pueda presentar”, dijo el presidente del Codeh. Para Jorge Blanco, usuario de buses, estas cámaras deben estar en todos los buses para evitar los asaltos.
“Uno se sube a esos buses y no se sabe si le pueden robar, ese sistema de las cámaras da un poco de seguridad, y deberían volver los militares y policías a cada bus”, dijo Blanco.
El reconocimiento facial no solo es un sistema en los buses, también está aplicado en ciudad inteligente como lo aceptó en junio de 2023 el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez: “Ya están funcionando las cámaras y aparte hay una nueva actualización tecnológica de un software que es capaz de identificar rostros, es decir, que todas las personas que son visualizadas pasan a ser investigadas en caso de que cometan un delito”.
Para el abogado Erick Lanza, este sistema se debe conocer el verdadero alcance que tiene, ya que los datos de todas las personas que suben a los buses quedan registrados.
“Los usuarios deberían de autorizar el uso de los datos personales, porque quien esté a cargo de este sistema tendrá acceso a información personal de los usuarios”, agregó.
Por su parte, el abogado Dennis Banegas, considera que es una medida que violenta algunos de los derechos humanos.
“Si bien es cierto es una medida para controlar el índice de asaltos en las unidades, también están violentándole el derecho de la integridad de la persona, porque el rostro es escaneado y cae al centro de monitoreo”, explicó.
Además, consideró que es “un arma de doble filo”, ya que todos los datos de las personas están en un lugar y corren el peligro de ser filtrados, por lo que se debe conocer en manos de quién está la vigilancia