TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ilusión, esperanza, confianza y agradecimiento son las palabras con las que un grupo de hondureños calificaron la ayuda que recibirán a través del programa médico gratuito Duke Heart for Honduras.
Se trata de la segunda edición de una brigada médica patrocinada por Duke University, Grupo Ficohsa, Lady Lee y el Hospital Medical Center que iniciará el próximo 6 de junio.
EL HERALDO conversó con algunos de los pacientes que se someterán a la cirugía de corazón durante la brigada médica y todos destacaron el agradecimiento que sienten hacia los organizadores y patrocinadores del programa.
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Los beneficiados provienen de los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, Yoro, Choluteca, Valle, Santa Bárbara, Olancho y El Paraíso.Los médicos cirujanos Alejandro Murillo y Hugo Orellana son dos de los destacados orgullos catrachos que participarán en este importante programa.
Angie Orellana
Encontrarse con su pequeño hijo Antonio es la mayor ilusión que alimenta el debilitado corazón de Angie Orellana.
Un padecimiento cardíaco llevó a la originaria de El Progreso, Yoro, a tomar la más difícil decisión de su vida: permitir que su único hijo saliera del país junto a su padre.
Fue en 2019 cuando la tranquila vida de Angie se empezó a tornar cuesta arriba. “Me cansaba rápidamente, no podía hacer muchas actividades y no entendía lo que pasaba”, dijo a EL HERALDO la progreseña.
Incluso, llegó a pensar que se trataba de un simple cansancio rezagado o peor aún, “me creía haragana”, citó entre risas, sin saber que su corazón se estaba debilitando.
Una vez que supo el diagnóstico, perdió su trabajo y el ritmo con el que se dedicaba a velar por su hijo. Eso, sumado a la falta de ingresos económicos obligó a Angie a despedirse temporalmente de su hijo de apenas cinco años.
Desde que supo de su padecimiento médico, Angie ha sufrido cuatro recaídas, la más reciente fue en 2021 cuando estuvo más de quince días hospitalizada sin poder estar cerca de su familia”.
“¿Por qué a mí?” es la pregunta que siempre estuvo en la mente de la joven. “Estaba resentida con Dios porque toda mi vida he luchado, he tratado de ser una buena alumna, ayudar a las personas y no le deseo el mal a nadie”, reprochó.
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Pero con la brigada de Duke University, Angie confía en que podrá recuperar su vida y reencontrarse con su verdadero amor: su hijo Antonio.
“Cuando me dijeron de la brigada siento una gran alegría porque desde 2019 he estado esperando una cirugía... ya estaba muy decepcionada, pero ya tengo la esperanza de regresar a una vida normal”, agregó con evidente emoción. La valiente progreseña está a solo dos clases por culminar su licenciatura en Administración de Empresas Agropecuarias y sueña con tener un empleo propio y disfrutar junto a su hijo y el resto de su familia la segunda oportunidad de vida que Dios y Duke University le están regalando
Marcial Bustillo
Hace más de un año que Marcial Bustillo dejó de trabajar porque su condición médica se lo impedía. Lo poco que generaba con la agricultura solo le ayudaba a cubrir el día a día y conocer su diagnóstico lo llevó a pensar que no tenía esperanza de vida.
“Cuando me enteré hablé con mi madre y mis hermanos de que ya no... ‘ni dinero tengo para costear nada’, les dije”, recordó Marcial. Sin embargo, la esperanza volvió a ser parte de su vida y desde que se enteró que sería beneficiado con una cirugía para mejorar su condición de salud, Marcial cuenta los días para llegar a ese momento.
Rubén Ortez
Palabras de agradecimiento le sobran a Rubén Ortez, uno de los quince beneficiados con la brigada médica de Duke.
“Es una bendición. No tengo palabras para agradecer la oportunidad”, dijo el capitalino, al tiempo que recordó la preocupación que sintió al enterarse de la magnitud de su padecimiento.
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La falta de recursos económicos lo llevó a él, su esposa e hijos a pensar que no tenía posibilidad alguna de mejorar, pero esta nueva oportunidad le abrió paso a una ilusión. Rubén asegura que sin la ayuda de los especialistas de Duke no podría haber encontrado solución a su problema cardíaco.