TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las palabras se quedan cortas cuando de halagar a las mamás se habla. Su amor, comprensión, perdón y protección son comparables incluso con los atributos del mismísimo Señor.
Agusto C. Coello, capturó esta esencia y en su “Himno a la Madre” escribió: “En el nombre de madre se encierra la más alta expresión del amor, porque no puede haber en la tierra una imagen más clara de Dios”.
Si bien es cierto, para el Día de las Madres, miles de hijos correrán hacia su “mami, mamá, madre, doña o vieja” para festejarla con detalles, amor y gratitud por su gran esfuerzo en sacarlos adelante y ayudarlos a convertirse en alguien en esta vida.
Sin embargo, no muchas progenitoras compartirán la alegría del agasajo, porque su corazón aún permanece con aquellos hijos que se fueron del país o con los que partieron de este mundo antes de tiempo.
Bertha Marín, quien hoy cumple 87 años, es una mujer que hace más de 10 años perdió a su único hijo a manos de otro hombre y, en todo este tiempo, su único deseo ha sido recibir un poco de cariño de su primer amor: Luis Fernando Marín.
Con el rostro bañado en lágrimas y la voz entrecortada pronunció: “Después de todos estos años, mi dolor sigue igual. Si pudiera verlo, le daría palabras amorosas y abrazos. Mayo es el mes más duro por lo del Día de las Madres y por ser mi cumpleaños. Nunca pensé que iban a matar a mi hijo un 20 de mayo”.
Bertha expresó que si su hijo pudiera leer esta edición, le haría saber cuánto lo extraña, porque aún no supera el dolor de perder a su niño, quien nació en 1981 y falleció en 2011.
“No es correcto abandonar a los hijos, por muy pobre que se sea. Yo solita lo crié, sin ayuda de papá ni de nadie. Le enseñé buenas costumbres y no andar en malos pasos”, recordó doña Berta Marín.
Madres visitan a sus mamás
Hoy, los hijos se preparan para regalar electrodomésticos, alimentos, bebidas, globos e incluso contratar mariachis para celebrar a su madre; pero hay progenitoras que esperan este momento para llevar flores a los camposantos en donde descansan sus madres, esperando un día resucitar.
Carmen Maradiaga, de 57 años y madre de dos jóvenes, no es la excepción. Ella irá a visitar a “mami Eva”, su mamá que falleció en 2019 luego de haber sufrido un accidente en casa.
“Uno puede tener el amor de sus hijos, pero el amor de madre ya es diferente hacia uno. Por eso iré a visitarla al cementerio para llevarle flores”, dijo entristecida Carmen Maradiaga.
Sin embargo, no desaprovechó el espacio para aconsejar a aquellos hijos que no valoran a sus madres ni sus esfuerzos.
“Valoren a sus mamás porque cuando ya no las tienen, ya no hay vuelta atrás. No hay regalos, ya no hay nada que se pueda hacer”, apuntó.
El tipo de flores que llevará Carmen a su madre serán unos claveles, porque “mami Eva” o Eva Martínez siempre fue amante de este tipo de plantas.
Sandra Cerrato Interiano, madre de tres hijos y abuela de cuatro niños, explicó que aunque esté llena de bendiciones, el hecho de que su mamá no esté presente hoy es motivo de tristeza.
“Para mí, el Día de la Madre es muy triste porque ya no tengo a mi mamá, ni a mi papá, y cuando ella estaba viva, celebrábamos el Día de la Madre a lo grande. Estábamos juntas y pasábamos momentos bonitos”, recordó con lágrimas Interiano.
Sandra aconsejó a todos aquellos hijos que, por una razón u otra, están peleados con sus mamás al punto de dejarlas abandonadas o ignoradas.
“Lo más importante es que nuestros hijos sean de bien, que sirvan a Dios, que estén cuando más los necesitamos. Es mejor perdonar en vida porque cuando mueren duele más”, declaró