TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Cementerio General de Tegucigalpa es un lugar que derrocha mucho arte a través de sus arquitecturas evidentes en las fachadas de los mausoleos y las hermosas esculturas que adornan sus espacios.
En sus entrañas reposan hijos predilectos como poetas, políticos, presidentes y empresarios que sobresalieron en el siglo pasado en el país.
A pesar de ser la última morada, hay necrópolis diseñados con delicadeza por arquitectos extranjeros entregados al gusto del arte.
El antiguo camposanto, no solo es un simple panteón donde reina el silencio de la muerte, sino un patrimonio histórico decretado por el Congreso Nacional en 1995.
No obstante, pese a su categoría, el gobierno y la Alcaldía Municipal de diferentes administraciones no se han preocupado por cuidar de este único patrimonio funerario que cuenta el país.
Su descuido es evidente, ya que la mayoría de las personas enterradas en el antiguo panteón no están registradas en los archivos.
Servicios fúnebres
“El Cementerio General cuenta con aproximadamente un millón de personas enterradas desde su fundación, pero solo hay registro de 70,000 difuntos”, indicó Edras Izaguirre, administrador del camposanto.
Hay diferentes motivos que causó la pérdida de estos datos, uno de ellos “es que aquí hubo un incendio que pudo quemar esos libros; sin embargo, los que trabajaban anteriormente dijeron que sí hubo un archivo, pero desapareció”, reveló Izaguirre.
Los registros de persona fallecida solo existen desde 1907, archivos que tuvo acceso EL HERALDO. Muchos datos donde se pudo haber encontrado los nombres de dueños de lotes en el Cementerio también se encuentran desaparecidos.
Izaguirre denunció que estos registros pudieron haber desaparecido por la venta ilegal de lotes: “entonces para eliminar cada evidencia tuvieron que hacerlo perdedizo”.
Este patrimonio comenzó a construirse en 1875 en la zona conocida como El Chiverito, durante la presidencia de José María Medina. Dos años después fue inaugurado por el doctor Marco Aurelio Soto.
Ariel Maldonado, enlace de cementerios de la Alcaldía capitalina en el Distrito Central, refirió “que contando entre el cementerio El Sipile y General hay más de un millón de personas enterradas”.
Esto porque se han reutilizado algunos terrenos donde no hay restos humanos debido a la antigüedad. “Esta cantidad no oficial la recibimos de unos investigadores de patrimonio”, mencionó Maldonado.
En la actualidad hay unos 15 entierros al año de personas que tienen lote.