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Aunque las autoridades edilicias insisten en que hay avances significativos respecto al tema del control de la basura, pues han logrado cumplir las expectativas de la población, la capital luce completamente sucia.
Según el alcalde Ricardo Álvarez, la incorporación de las cuadrillas de barrido en los últimos años es la respuesta que se requiere para mantener la ciudad limpia y libre de contaminación.
Se insiste además en que existe un proyecto con el que se permitirá un manejo efectivo de los residuos sólidos, donde el punto prioritario a tratar es que el servicio de tren de aseo circule a doble horario.
“En mi administración hemos logrado cumplir con las expectativas de la población en lo que se refiere al tema de la basura y este año tenemos un proyecto que vamos a desarrollar”, informó el edil.
Eterno problema
Pero pese al pregón de éxito en la recolección de desechos realizado por las autoridades, en las calles abundan las evidencias de que el Distrito Central se ha convertido en los últimos tiempos en la “capital de la basura”.
Este título despectivo y grosero, pero apegado a la realidad, se lo atribuyen los mismos habitantes, quienes ven en la mayoría de las esquinas de la ciudad, tanto en Tegucigalpa como Comayagüela, verdaderas sucursales del crematorio municipal.
Con enormes promontorios de basura, que a simple vista causan mala impresión, la ciudad muestra la cara sucia y contaminada que sus autoridades no desean vislumbrar.
Las denuncias sobre este eterno problema están a la orden del día, pero lamentablemente la generación de desechos sólidos va por los ascensores y la respuesta avanza lentamente por las escaleras y se detiene en la gradas, sin llegar a concretarse.
Este es el caso de Marco Antonio Carías, vecino del popular barrio Morazán, quien lleva años denunciando cómo el sendero Manuel Soto está convertido en botadero clandestino.
De acuerdo al afectado, que asegura estar “hasta la coronilla” -como reza el dicho popular- de exponer esta situación, este problema no es causado por los vecinos sino por los propietarios de los negocios y comercios que se instalan en la zona y los puestos de la Feria del Agricultor y el Artesano.
Carías le ha dado trámite formal a sus denuncias, las que ha hecho llegar al Departamento de Desechos Sólidos y al Juzgado de Policía de la Alcaldía Municipal.
El silencio que obtiene como respuesta le hace pensar que sin duda sus notas van a parar al cesto de la basura, luego de ser leídas sin darles la menor importancia.
“Aquí en el barrio Morazán tenemos un problema histórico con la basura. He mandado notas al Departamento de Desechos sólidos al Juzgado de Policía y hasta el día de hoy no me dan respuesta. Yo no me explico cómo es que existe este departamento si no atienden los problemas”, se lamentó.
El denunciante propone entre las alternativas que se instale un contenedor a inmediaciones de la feria, pues es donde se genera más cantidad de basura.
Asimismo, que se instalen rótulos para prohibir utilizar el Paseo Manuel Soto como un botadero más, que el tren de aseo pase continuamente y que se envíen inspectores para ejercer control.
“Las mismas cuadrillas cuando barren y recogen la basura la tiran en este punto como si ahí fuera un tiradero y no debe ser así, por eso en este barrio hay mucha contaminación” reclamó Carías.
Puntos álgidos
Tegucigalpa es una de las principales ciudades generadoras de basura, seguida de San Pedro Sula, La Ceiba y Choloma.
Rafael Cano, exgerente de Desechos Sólidos de la comuna, señaló que en la capital cada ciudadano genera diariamente no menos de siete libras de basura, por lo tanto, es urgente trabajar en un Plan de Manejo que cumpla con las expectativas y garantice a los habitantes vivir en una ciudad limpia.
Para ciudadanos como Adalid Flores, vecino de la colonia Cerro Grande, el problema de la basura está asociado con la educación y la cultura de las personas.
“Por lo general, los ciudadanos esperan que un espacio de la ciudad quede libre para hacer de él un botadero, no quedan contentos hasta que no lo llenan de basura”, expresó.
Entre los puntos álgidos donde los cerros de basura adornan las calles están los mercados capitalinos, centro histórico de la ciudad y barrios aledaños, como La Leona y Buenos Aires.
También se suman las colonias San Miguel, Kennedy, Centroamérica, Loarque y Cerro Grande, por mencionar algunas. Otro de los flagelos del ornato son los basureros clandestinos, que se hacen cada vez más visibles ante los ojos de los pobladores y que causan repulsión. En la colonia Villa Nueva varios sectores son ocupados por cúmulos de desechos.
Los afectados insisten en que la negligencia en el cumplimiento del servicio del tren de aseo para realizar la respectiva recolección es una de las principales causales del problema. Y que aunque sea una cuestión que compete a todos los ciudadanos, la Alcaldía Municipal debe ser más enfática en cuanto al control y manejo de desechos sólidos en la capital de Honduras.